El Nou Mestalla es posiblemente uno de los últimos escombros que quedan de la última crisis vivida en España. Cualquier amante del fútbol español sabe de su existencia, pero pocas personas son conocedoras de las sombras que tiene este proyecto urbanístico, porque sí, es un proyecto con muchas más sombras que luces. Ubicado en una de las entradas de Valencia, al acabar la Av. Corts Valencianes, se encuentra el que iba o va a ser el futuro estadio del Valencia C.F. Desde hace poco más de 11 años las obras se encuentran paradas, y el «donut de hormigón» de 140 millones es ya uno de los símbolos de Valencia. Son muchas las personas y entidades que han tratado de reactivar las obras, demasiadas portadas de periódicos con falsas promesas, demasiados sueños rotos y una realidad muy difícil de asumir.
El faraónico proyecto de Juan Soler
La idea del Nuevo Mestalla comenzó a florecer en 2004 y en 2006 era presentado en sociedad en el Museo Príncepe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. A la cita no faltó el presidente de la Generalitat Francisco Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. El Valencia financiaría integramente la construcción, gracias a un crédito de Bancaja, que a día de hoy sigue pagando. El 1 de agosto de 2007 arrancaban las obras, y Juan Soler no se cortaba ni un pelo: “Nos salen perfectamente las cuentas. Vamos a tener el mejor estadio de Europa, con 75.000 plazas y nos va a sobrar dinero”, señaló el por aquel entonces presidente.
Las mentiras no tardaron en llegar. El Valencia ni tenía suficiente dinero, ni mucho menos le sobraba. El club se puso como objetivo terminar las obras en 2010. El estadio ublicado al oeste del barrio de Benicalap contaría con 3500 plazas de aparcamiento, zonas de ocio, un museo, diferentez zonas Vip, un audiotorio y sería un estadio 5 estrellas de la UEFA. Una vez acabado el estadio se demolería el viejo Mestalla. Incluso Juan Soler se comprometió a presentar la candidatura para albergar la final de la Champions para el año 2011.
Las obras se paralizaron en 2009
El sueño de Juan Soler se convirtió en una pesadilla. Parece ser que alguien hizo los cálculos mal, porque el plan futbolístico se desmoronó: la deuda se incrementó a causa de la inversión en jugadores, y no se pudo vender el viejo Mestalla. El mismo Juan Soler había prometido que el solar del antiguo estadio se vendería o por su defecto él compraría la parcela por 300 millones de euros. Otra mentira a la mochila. La crisis inmobiliaria española iniciada en 2008 hizo imposible la venta del estadio al precio inicialmente estimado. La situación del club era castrófica, por lo que fue necesaria una ampliación de capital para poder equilibrar las cuentas, donde una vez más los aficionados salvaron al club. No lo hizo ningún magnate de Singapur ni de Abu – Dabi, lo hizo el hincha que nunca deja atrás al club. La fundación tuvo que pedir un crédito a Bancaja con el que se hizo con el 70% de las acciones. Desde ese momento la presidencia pasó a manos de Manuel Llorente.
Newcoval, Bankia y Manuel Llorente
El 12 de diciembre de 2011 se hacía realidad el acuerdo entre el Valencia CF y Bankia para finalizar el Nou Mestalla, conocido como el plan Newcoval. Con este trato la entidad financiera pretendía quedarse con el solar del Viejo Mestalla, la Ciudad Deportiva de Paterna y la edificabilidad del Nuevo Mestalla, reduciendo así una parte considerable de la deuda.
Manuel Llorente se vio muy cerca de reanudar las obras, incluso llegó a presentar un ATE (Actuación Territorial Estratégica) llamado Valencia Dinamiza. Esto decía Manuel Llorente: «Hoy podemos decir que la reanudación de las obras están cerca, es un día de alegría. Está dando fruto el esfuerzo y el trabajo que se está haciendo. Tenemos que agradecer mucho a Bankia la aportación que está haciendo. Habrá algunas modificaciones muy pequeñas en el estadio, pero que sepa la afición que el Valencia tendrá uno de los mejores estadios de Europa». No obstante nuevamente la crisis volvió hacer mella en el Valencia C.F. Bankia tuvo que romper Newcoval, debido a que la compañía fue intervenida y estaba bajo la supervisión de la Unión Europea. El banco tenía una cantidad muy elevada de patrimonio inmbiliario debido a la gran cantidad de deshauciones, por lo que necesitaba liquidez y no inmuebles. Esto obligó al Valencia a negociar un acuerdo que permitiera pagar la deuda sin tener que dar ningún inmueble.
GloVal y Amadeo Salvo
Amadeo Salvo llegó en en junio de 2013, presentando un nuevo proyecto para el estadio. Salvo prometía hacer un estadio cinco estrellas: «Vamos a hacer un estadio 5 estrellas, vamos a hacer el mejor estadio de Europa a todos los niveles, quiero que eso quede claro»
A los aires de grandeza del presidente se le unió los del arquitecto del estadio, Mark Fenwick, el cual pretendía hacer una modificación del proyecto eliminando las pistas de atletismo y reduciendo el aforo a 60000 personas. “El peor asiento del nuevo Mestalla será mejor que el de cualquier estadio”, fueron las palabras de Fenwick.
La idea de Salvo era brillante, solo había un pequeño problema y es que no había dinero para pagarlo. No obstante en la Junta General de accionistas de diciembre, Amadeo anunciaba que se habían puesto en contacto con tres de las mayores operadoras del mundo para retomar las obras. «El nuevo estadio no se podía acabar sin financiación. La única fórmula es buscar operadores. Nosotros estamos en contacto con los tres operadores más grandes. Hay una propuesta lanzada. Antes de navidad tendremos el acuerdo por escrito. Ya nos lo han confirmado de palabra. El Valencia firmará un contrato entre 250 y 300 millones»
No obsante la mala situación económica del club obligó a la fundación a vender la mayoría accionarial. En todas las premisas de venta del club aparecía la obligación de acabar el Nou Mestalla para el centenario, es decir, para el año 2019. Finalmente se terminaría llevando el club Peter Lim, dueño a día de hoy.
Peter Lim y el «to procure»
Después de que Amadeo Salvo y Aurelio Martínez (presidente de la fundación) vendieran el club en unas condiciones muy inferiores a las propuestas inicialmente, se fartaron de decir en los medios de comunicación que habían incluido la obligación de acabar el estadio en el contrato. Amadeo Salvo declaraba en El Larguero que «Lim se ha comprometido por contrato a que el equipo juegue en el nuevo estadio en el año del centenario».
Después de esas declaraciones, la Cadena Ser consiguió publicar en el contrato de compraventa donde tan solo aparece la expresión «to procure». Peter Lim solo se comprometía a procurar la finalización de las obras en 2019 pero en ningún momento asumía la obligación de hacerlo. Amadeo Salvo había mentido.
Durante el tiempo que estuvo Layhoon como presidenta del Valencia C.F, llegó a comentar en alguna Junta de Accionistas que la intención del Valencia continuaba siendo jugar en el nuevo campo para el centenario, pero que no estaban obligados a hacerlo. Amadeo Salvo continúa afirmando a día de hoy que el decía la verdad. Si el actual presidente del Ibiza está tan seguro, debería denunciar a Peter Lim por incumplimiento de contrato, no obstante no parece por la labor de hacerlo.
Tras 11 de años de historia y el paso de seis presidentes distintos, Anil Murthy ha sido el último en hablar del Nou Mestalla. En una entrevista con CV Radio llegó a decir que la intención del club era que las grúas estuvieran ya trabajando en el verano del 2020. No obstante esto ya es imposible. Este es el último proyecto que llegó a presentar el Valencia C.F.
A día de hoy no se sabe cual es el futuro del Nou Mestalla. El Valencia debe acabar el estadio, ya que en caso contrario deberá tumbar la Grada de la Mar del viejo estadio, ya que ocupa solar público, obra que se concedió en un pelotazo urbanístico. El mismo alcalde de Valencia recalcaba en rueda de prensa la semana pasada la obligación de acabar el estadio: «Somos comprensivos con el Valencia C.F, es una cuestión entre entidades privadas y nosotros lo respetamos, pero los términos se tienen que cumplir ya que la imagen de la ciudad queda muy deteriorada. El Valencia debe buscar una solución. El campo de fútbol se tiene que construir y se tiene que construir en el plazo acordado».
Cabe recordar que ADU Mediterraneo, la cooperativa que se iba a encargar de la venta del viejo Mestalla ha roto el trato, debido a la crisis por el COVID-19. El Valencia deberá seguir trabajando para que el Nou Mestalla sea una realidad.
A finales de 2017, ya con la presidencia del singapurés Anil Murthy, se presentó una maqueta con el rediseño del estadio propuesto por Mark Fenwick,42 con la eliminación de la cubierta exterior43 y con una reducción en el coste de unos 60 millones de euros.44
ADU Mediterráneo
Aun así era imposible ponerse manos a la obra sin vender las parcelas del suelo del viejo Mestalla, así que en mayo de 2018 el club contrató a la consultora Deloitte para que gestionara la búsqueda de comprador para dichas parcelas y el traslado al nuevo estadio.45
En abril de 2019, una vez terminados los actos del Centenario del club, el director general del club, Mateu Alemany, hacía oficial el acuerdo con la recién constituida cooperativa de viviendas ADU Mediterráneo46 para que adquiera el suelo de Mestalla y lleve a cabo su Proyecto Residencial Acequia de Mestalla,4748 la opción más favorable para el club según la consultora Deloitte.49 La idea era tener a finales de ese año suficientes miembros en la cooperativa para aportar al club las garantías de pago necesarias para oficializar la venta y que el club pudiese retomar las obras del nuevo estadio,50 pero la fecha se extendió hasta el primer trimestre del siguiente año.5152
Los primeros meses de 2020 la cooperativa ADU Mediterráneo seguía afirmando que tendría las garantías listas antes del plazo establecido hasta el 31 de marzo,53 pero la complejidad de la operación y la previsión de que no presenten las garantías necesarias a tiempo hicieron a Peter Lim plantearse una alternativa en forma de ampliación de capital para poder finalizar el estadio y cumplir así los plazos marcados por la ATE (Actuación Territorial Estratégica).5455 Finalmente el club comunicó que, al no darse las circunstancias para formalizar la operación, se daba por finalizado el periodo de exclusividad que tenía la oferta vinculante de ADU Mediterráneo, y que por tanto se estudiarían distintas alternativas.56
Presión de las instituciones
A mediados de 2020 empezó la seria preocupación por incumplir los plazos marcados por la ATE (Actuación Territorial Estratégica) firmada con el gobierno valenciano, donde se estipulaba que en mayo de 2021 debía estar terminado el nuevo estadio con un espacio comercial anexo y con un polideportivo para el barrio de Benicalap.57 Los tiempos hacían ya imposible llevar a cabo la mudanza al nuevo estadio en el año 2021, lo cual inquietó a las instituciones y el propio alcalde de Valencia declaró que veía difícil prorrogar el plazo,58 y la vicealcaldesa declaró que incumplir los plazos supondría la pérdida por parte del club de la recalificación del viejo Mestalla valorada en unos 150 millones de euros.59 El 9 de septiembre de 2020 el presidente Anil Murthy mantuvo una reunión en el Ayuntamiento de Valencia con el alcalde Joan Ribó donde se le dio al club un plazo de un año para retomar las obras del estadio.60 La inacción del club los meses posteriores hizo que desde el Ayuntamiento siguiera la preocupación, llegando a amenazar con pedir la suspensión de la ATE por incumplir el club de los plazos.61 El 27 de noviembre, tras varias declaraciones en prensa y ante la falta de reacción por parte del club, el alcalde hizo una comunicación oficial informando de que el club (promotor de la ATE) tendría hasta el 15 de mayo de 2021 como fecha límite para cumplir con sus obligaciones, o de lo contrario pedirán oficialmente la suspensión de la ATE