son una de las festividades más emblemáticas de España y se celebran cada año en la ciudad del 15 al 19 de marzo en honor a San José, el patrono de los carpinteros. Se trata de una fiesta que atrae a miles de visitantes y que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. En este artículo, hablaremos sobre la historia y la tradición de las Fallas y su relación con San José.
Orígenes de las Fallas
El origen de las Fallas se remonta a la Edad Media, cuando se encendían antorchas en lo alto de las torres de vigilancia para avisar a la población de la llegada de posibles invasores. Estas antorchas se conocían como «fallas». Con el tiempo, las antorchas evolucionaron en hogueras que se encendían para anunciar la llegada de la primavera.
La tradición de construir monumentos de cartón piedra comenzó en el siglo XVIII, cuando se empezaron a quemar figuras de madera y corcho. Fue en el siglo XIX cuando las Fallas comenzaron a tomar la forma que hoy conocemos, con la creación de figuras de cartón piedra de gran tamaño y detalle. Los primeros monumentos de este tipo se construyeron en la década de 1860 y, desde entonces, las Fallas se han convertido en una auténtica expresión artística.
La tradición de San José
El día 19 de marzo se celebra la festividad de San José, el patrono de los carpinteros, en la Iglesia Católica. En la Biblia, San José es el esposo de la Virgen María y el padre adoptivo de Jesús. Aunque no se sabe con certeza cuándo se comenzó a celebrar esta festividad, se cree que se remonta al siglo IX. En España, San José se ha convertido en un santo muy popular, especialmente en la Comunidad Valenciana, donde se celebra la festividad con gran entusiasmo.
La relación entre San José y las Fallas es evidente. Los carpinteros son los encargados de construir las figuras de cartón piedra que se queman en la noche del 19 de marzo. Por lo tanto, las Fallas son una forma de honrar a San José y a los carpinteros que trabajan en su nombre.
La Cremà
La noche del 19 de marzo, todas las Fallas se queman en un acto conocido como la Cremà. Es el momento culminante de la fiesta y atrae a miles de personas que se congregan en las calles de Valencia para ver cómo arden las figuras de cartón piedra. La Cremà es un espectáculo impresionante que dura varias horas y que se vive con gran emoción.
La Cremà es un momento agridulce. Por un lado, es un momento de tristeza porque se queman las figuras que han sido el centro de atención durante días. Por otro lado, es un momento de alegría porque se celebra la llegada de la primavera y se honra a San José.
Conclusiones
San José y a los carpinteros que supuestamente dieron origen a las fallas. El gremio de carpinteros era muy importante en la Valencia medieval, y San José era su patrón. Según la leyenda, en la víspera del día de San José, los carpinteros quemaban en una hoguera purificadora las virutas y trastos viejos sobrantes, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera. También quemaban sus «parots”, estructuras de las que colgaban los candiles que les daban luz, puesto que con el fin del invierno y la llegada de la primavera, y al hacerse los días más largos, ya no eran necesarios. Según esta teoría, la inventiva popular le dio forma humana a estos parots.
Esta leyenda romántica del origen de la fiesta contrasta con la documentación conservada en el Gremio de Carpinteros, que no cita la construcción de fallas en su víspera, sino la festividad religiosa del propio día 19 de marzo. Sin embargo, lo cierto es que no existe un consenso claro sobre el origen exacto de las fallas. Algunos autores defienden que las fallas son una evolución de un arcaico ritual que anuncia la entrada de la primavera y que tiene un origen pagano, mientras que otros creen que la fiesta surgió en el siglo XVIII, cuando las antorchas que se colocaban en lo alto de las torres de vigilancia pasaron a ser utilizadas para alumbrar las fiestas patronales.
Sea como fuere, lo cierto es que las fallas se han convertido en una de las fiestas más emblemáticas y queridas de la Comunidad Valenciana, y que son muy valoradas por los valencianos y visitantes de todas partes del mundo. La celebración de las fallas en Valencia es una experiencia única, que combina tradición, arte, música y gastronomía, y que atrae a miles de turistas cada año.
Durante las fiestas de las fallas, Valencia se llena de color, música y alegría. Las calles se engalanan con monumentos falleros, que son auténticas obras de arte efímeras, ya que tras su exposición al público, son quemados en una ceremonia conocida como «la cremà». Además de los monumentos, las fallas se caracterizan por sus desfiles de carrozas, música, fuegos artificiales y otras actividades lúdicas que hacen de la ciudad un lugar único y lleno de vida.
En definitiva, las fallas son una fiesta que se ha convertido en un símbolo de la identidad valenciana y que representa la capacidad del pueblo valenciano de mantener y transmitir sus tradiciones y cultura de generación en generación.