Fallerela
Es la primera superheroína que creó el Dr. Carles. En su primera aventura derrotó a los ninots que asolaban a su pueblo. Las naranjas valencianas son su arma ofensiva más poderosa. Mantiene una relación muy extrecha con su creador Carles Recio inventa en su nuevo cómic una Valencia en la que las fallas están prohibidas
En un frío invierno de las primeras décadas del siglo XXII, Valencia es una ciudad en la que la tiránica presidenta que reside en el palacio de gobierno
(edificio que recuerda al de la Generalitat) ha ordenado cubrir de metal gris las torres de Serranos y otros monumentos para acallar su historia y derribar
las alquerías porque son «antiguallas» y le gustan más los rascacielos.
Las fallas (palabra maldita) permanecen prohibidas desde 2064. Las autoridades decidieron liquidarlas con la excusa de respetar el entorno, evitar la
contaminación y preservar recursos escasos como la madera y el agua pero en realidad confiesan en privado que lo hicieron porque «una sociedad con fiestas y alegría es de difícil manipulación», y por eso acabaron con las fallas, las hogueras y los bailes.
Pero «Fallerela», la heroína valenciana, se encargará de devolver la alegría y la libertad a las calles combatiendo el mal con el lanzamiento de
naranjas flamígeras, la energía de su peineta y un cuerpo insuperable que sólo cubre con un sujetador con forma de murciélago y una braga-Senyera.
El personaje del comic hunde sus raíces en la veterana «Vampirella», que utilizaba una presentación muy similar y que estaba próxima a sus
contemporáneos, los superhéroes Supermán, Batman y toda una larga lista de figuras en permanente lucha contra el mal.
Ésta es la última ocurrencia del polifacético Carles Recio, que pone desde hoy en las librerías el primer número del cómic «Fallerela», al precio de 1.500
pesetas, editado por Bayarri Comunicación (el mismo que publica El turista fallero), con dibujos y color de Francisco Ruiz y la participación de artistas e
ilustradores como Álex Alemany, Paco Zarco, Jordi Bayarri, Josep Lanzón, Pablo Alapont, Jorge Balaguer, Ángel Marín y un largo etcétera.
La presentación de esta nueva publicación tuvo lugar ayer tarde en la sede del Círculo de Bellas Artes de Valencia que preside Alemany, y corrió a cargo de
Esteve Edo.
El jefe de publicaciones de la Diputación de Valencia vuelve a la carga, esta vez como promotor privado de cómic, tras un accidentado paso por Xàtiva, con sus viñetas del alcalde Rus y de la esposa de éste, con «una serie innovadora que conjunta los mejores artistas valencianos, tanto consagrados como de última generación. Fallerela es un canto a la sociedad del futuro, donde el alma humana ha de encontrar su plenitud».
Recio, el «doctor Carles»
El promotor se ha reservado para sí un personaje, el Doctor Carles, enamorado de «Fallerela» y guardián del secreto de su origen, que ella misma desconoce y se empeña en buscar. Un pirotécnico gamberro pero de buen corazón, un bibliotecario que oculta los libros prohibidos y una amplia galería de «malos» metálicos completan el reparto de la serie.
«Fallerela». La joven, como el personaje, no puede quitarse el antifac que cubre parcialmente su rostro. En la ficción, ese personaje anda
perdido, porque todos tratan de ocultarle su origen, su verdadera identidad.
EN PRENSA
El escritor pronunció un parlamento atípico en el mundo vicentino y llamó a la renovación
Carles Recio compara a San Vicente Ferrer con «Fallerel.la» en el pregón del Mercat
El escritor Caries Recio tenía previsto comparar ayer al patrón del Reino de Valencia, San Vicente Ferrer, con la heroína de su cómic, «Fallerel.la», en – el pregón del altar vicentino del Mercat que pronunció en la iglesia de los Santos Juanes. Recio afirmó que el patrón hoy día defendería y ayudaría a las prostitutas, a los travestis, así como pediría a los traficantes de drogas que abandonen esa actividad y a los especialistas a abogar por rehabilitar barrios como el centro histórico y el Cabanyal.
El jefe de publicaciones de la diputación y escritor, Caries Recio, comparó al patrón del Reino de Valencia, San Vicente Ferrer, con el personaje de su cómic, Fallerel.la, en el pregón de las fiestas vicentinas del Altar del Mercat en la iglesia de los Santos Juanes, según lo que él tenía previsto decir.
Recio, en los folios que redactó, se refirió al patrón y a la heroína afirmando: «Ya he dicho que San Vicente Ferrer era un superhéroe. Los superhéroes del cómic, como ha demostrado Fa-llerel.la en los últimos meses en nuestra ciudad, son seres prodigiosos que se convierten en baluartes de la convivencia y de los derechos humanos. Éste es el mensaje que quisiera trasmitir a los más jóvenes, explicarles las virtudes de los superhéroes del santo para que colgarais su imagen junto con la de los gran- des ídolos de la juventud social».
El parlamento previsto por Recio ha sido uno de los más atípicos preparados por un pregone- ro del altar en los cuatro años que se realiza este acto por estar dirigido a un público, el vicentino, nada acostumbrado a oír frases como las preparadas por Recio.
Recio preparó un documento donde entrelazó referencias históricas, las menos, con cuestiones actuales; hizo un llamamiento para que la juventud de los al- tares participe más en las asociaciones; defendió la lengua valenciana; denunció el ostracismo de la fiesta, y tenía previsto acabar disculpándose «de que no les haya entretenido con los hechos portentosos de su vida con las anécdotas que todos conocen y con los tópicos que han ido alimentando durante decenios>,. o sea una llamada a la renovación de la fiesta vicentina. En opinión de Recio, «San Vicente Ferrer llamaría desde este templo a los vendedores del mercado para tener todos los días lo mejor de la huerta y nuestros campos, a las amas de casa para comprar en los comercios del centro histórico, a los especialistas y obreros que trabajan en la restauración del casco antiguo para estimular la recuperación del Carmen, la Xe- rea, el Cabanyal, Campanar y los tradicionales pueblos valencianos; a quienes vienen a disfrutar de la noche para que la di- versión no fuera obstáculo para entender el vicentinismo».
El escritor también se refirió a sectores marginales y así escribió que el patrón llamaría «a las prostitutas, que han de vender su cuerpo en la avenida del Oeste para sobrevivir a una sociedad que le es extraña; a los travestis que están en la calle que lleva su nombre porque esta sociedad no les deja otra opción y les invitaría a eliminar cualquier tipo de discriminación por razón sexual para conseguir una convivencia más armoniosa y justa; a los traficantes de dro- gas para que abandonen su comercio fatal y liberen a los drogadictos».
El presidente del altar, Rafael Esteve, comentó: «La decisión de nombrar a Recio se tomó hace un año cuando el entonces presidente de la diputación, José Diez, hizo el pregón y él se ofreció a hacerlo. Él es del altar de Russafa desde pequeño. Lo que nadie debe poner en duda es nuestra valencianía».
El acto lo presidió la joven clavariesa del altar Mari Carmen Gi- me no y la honorable clavariesa de la Junta Central Vicentina Amparo Reyes de Lisard.
Levante emv 9 abril 2000
La revista Interviú se ocupó la semana pasada del asunto de Fallerela y la persecución moralista que sufre de la Junta Central Fallera el autor del tebeo, Caries Recio.
Por cierto, que no se ha di cho que el rostro de la presidenta de la Generalitat Valenciana en el cuento está inspirado en una foto de la famosa Paquita Reventaplenaris
Levante 3 de Abril 2000
EL MOSCARDÓN Opinion 2000-03-21 «Fallerela»
Emili Piera
A diferencia de muchos críticos con quienes es imposible saber, no ya si la película es buena o les desagrada, sino, incluso, si es de vaqueros o de vampiros, el ayuntamiento y la JCF lo tienen claro: no les gusta Fallerela, el tebeo de Carles Recio. La claridad les honra; lo que deja ver semejante transparencia, en absoluto. Dicen los supuestos guardianes «de la más pura y ancestral tradición valenciana» —cargo para el que nadie les ha elegido y custodia que, seguro, no les ha confiado el ministro Mayor Oreja— que el cómic Fallerela es «denigratorio y ofensivo para las fallas, las falleras (…), constituyendo, además, un procaz alarde de mal gusto, atrevimiento y desprecio por el respeto de la decencia, dignidad, decoro y buen nombre de la tradición y ciudadanía valenciana…». No sé por qué semejantes apelaciones —incluido el estilo literario, si ello fuera posible— siempre llegan a mi oído con marchas legionarias como banda sonora. Esa inquina con un tebeo demuestra que echan en falta una Internacional Comunista como manda Lucifer.
Yo no sé si el tebeo de Carles Recio es bueno. Ignoro, incluso, si ya le ha pagado al dibujante o dibujantes, pero tengo claro su derecho a hacerlo. Si Fallerela va «semidesnuda» es porque así andan —así o con ceñidísimos monos, como Michelle Pfeiffer en Batman— las superheroínas. Recio no ha hecho más que asumir los códigos del género, aunque no sé si la semiótica es muy adecuada para calmar el desbordado amor a la tradición. En Inglaterra o EE UU, el personal, como Fallerela, se pone la bandera en el bañador, las sábanas y los calzones, y nadie duda de su patriotismo. Incluso lo refuerzan mediante la invasión periódica de algún país.
No creo que Fallerela ofenda a las mujeres y, por tanto, tampoco a las falleras, cuyo presunto honor no dispone de ningún fuero especial ni es tutelado por otra jurisdicción que la ordinaria. Si tienen el nombre registrado, le buscaremos otro a la heroína, por ejemplo, Apenada, Superpiula, Vampifoc o Firerela.
21-03-2000 Levante
Comunidad 2000-03-21 No hubo pleno o reunión del ayuntamiento para tratar el asunto La Junta Central actuó a petición de las comisiones contra el cómic «Fallerela»
La petición de la inmediata retirada del mercado del cómic «Fallerela» fue decisión de la Junta Central Fallera a petición de las comisiones, así lo afirma su secretario general,Donís Martín, quien asegura que de momento no tienen intención de interponer
Viñetas del cómic «Fallerela» Levante-EMV
R. PEIRÓ
valencia
El cómic Fallerela sigue dando que hablar. Cuando está a punto de finalizar el plazo que se le dio al responsable de su publicación para su retirada del mercado, la Junta Central Fallera confiesa que esta decisión partió de ellos a petición de las comisiones, «nosotros simplemente nos hemos hecho eco de un malestar general por parte del colectivo fallero que considera que la imagen que se da de las falleras es denigrante», asegura Donís Martín, secretario general de la JCF.
Donís afirma que, con el conocimiento del presidente de la junta y concejal de Ferias y Fiestas, Alfonso Grau, «aunque sin pleno del ayuntamiento», la junta decidió entablar un recurso para que el nombre Fallerela no se usara.
El secretario general recuerda que en un principio se interpuso un recurso contra el uso del nombre, pero que fue a posteriori, a raíz de su publicación en Levante-EMV, cuando tuvieron conocimiento real de para qué sería utilizada dicha denominación. «Fue entonces cuando enviamos el remitido al responsable de su publicación, Carles Recio, señalándole que considerábamos denigrante la imagen que se daba de las fallas y de las falleras y donde le pedíamos la retirada del mercado del tebeo».
Martín señala que, en contra de lo que afirma Recio, «no se trata de un acto de censura tres días después de las elecciones, pues el proceso lleva abierto desde febrero».
Álvaro Pérez, director de la empresa que tramita la patente de Fallerela, aclara que en este proceso existen dos vías. «Por un lado, se trata de una oposición por vía administrativa para que la marca Fallerela no se conceda, y por otro lado, un requerimiento para que dicho nombre no se utilice.»
En el requerimiento que se le envió al autor directo de la superheroína se especificaban los motivos por los que tanto la junta como el ayuntamiento se oponían a esa concesión, pues «la imagen de una mujer con sujetador en forma de murciélago y unas bragas con la senyera molestaba a las falleras», puntualiza Martín.
Con este remitido al jefe de publicaciones de la Diputación de Valencia, la junta considera haber actuado del modo correcto, «pues muchas veces el fallero actúa más con el corazón que con la cabeza, y hemos querido que las cosas siguieran por su cauce legal para evitar amenazas e insultos. Ése es el motivo por el que no hemos hablado con Carles», asegura el secretario general, quien se queja de que Recio no les consultará en ningún momento si la edición del cómic les parecía bien. «Él ha sido el que no nos ha consultado nada ni nos ha preguntado si nos parecía bien o si nos podía ofender. Sus quejas —continúa— podría haberlas previsto. Queremos que sepa que puede encontrarse con opiniones que son contrarias a la suya. Nadie está en posesión de la verdad absoluta, por eso será la Agencia de Patentes la que se encargue de decidir si el nombre de Fallerela se puede utilizar o no. Nosotros no queremos entrar en esa polémica.»
Según Martín, el término fallero es, en un 80% de las ocasiones, utilizado en términos negativos, «por lo que acciones de este tipo no hacen sino denigrarnos más. Cuando ya estábamos bastante sensibilizados con la imagen que se da de nosotros, nos viene esto».
Al mismo tiempo que declara que «algunos pueden pensar que existe sacrilegio en el hecho de que aparezca la senyera en unas bragas de mujer, yo ahí no entro, pero comprendo que a ciertas personas eso pueda molestarles».
Hasta el próximo viernes no se sabrá si Carles Recio cede a estas peticiones, aunque en declaraciones el pasado sábado a Levante-EMV su responsable aseguraba que Fallerela seguiría en los quioscos. De ser así, podría enfrentarse a una demanda de la junta, aunque Donís Martín asegura que no cree probable que esto suceda, «no creo que haya una base jurídica para una demanda de este tipo, aunque al menos pedimos que se retire el nombre. No se irá a más a no ser que la asamblea decida lo contrario. Sólo queremos que sepan que nos sentimos ofendidos».
Marín finaliza diciendo que «contra el mal gusto no hay legislación».
Comunidad 2000-03-19 Fallerela seguirá en los kioscos
La heroína «no se rinde y continuará en el mercado» a pesar del requerimiento
R. PeirÓ valencia
La petición de la Junta Central Fallera y el Ayuntamiento de Valencia de retirar de la circulación el cómic Fallerela no se hará realidad por el momento. Carles Recio, promotor de esta idea, afirma que «Fallerela no se rinde» y que no retirará la publicación.
«No considero procedente ni lógico el que tres días después de conseguir la mayoría absoluta el centro liberal, que alguien se permita la censura de un tebeo. Ningún organismo democrático puede actuar así,» matizó.
«El remitido que he recibido resume, no un franquismo, sino un ultrafranquismo. Ni en los años setenta se escribían barbaridades tan gordas. La Inquisición acabó hace mucho tiempo,» apunta Carles Recio, quien, por otra parte, admite que, si así lo decide el Tribunal de Patentes y Marcas, «retiraré la denominación de Fallerela, pero este escrito es un ataque a la libertad de expresión y a la creatividad artística».
«Si nos hacen cambiar el nombre, quizás le pongamos Censurada,» bromea.
Sin embargo, el jefe de publicaciones de la Diputación de Valencia prefiere pensar que se trata de «una metedura de pata de la empresa que se encarga de las patentes y marcas», y que no cree que haya habido ningún acuerdo en el ayuntamiento o en la Junta Central Fallera.
Carles Recio deberá responder la semana que viene a la petición de retirar a su heroína del mercado, «pero confío en que, tanto la junta como el ayuntamiento, se pongan en contacto conmigo para certificar los hechos y tratar de buscar otra manera de solucionarlo».
Referente al asunto de la compensación económica que piden, Recio afirma: «si quieren que les pague 500.000 pesetas, lo haré con libros de mi biblioteca particular, para que así lean y aprendan un poco».
Y considera que esta situación es un tanto cómica, «a mí al menos me da mucha risa. Espero que se trate de una confusión propia de las fiestas falleras».
Comunidad 2000-03-18 La JCF, contra Fallerela
El autor del cómic tiene previsto la edición de un libro sobre la heroína
R. PEIRÓ valencia
– El Ayuntamiento de Valencia y la Junta Central Fallera han decidido poner fin a la publicación del cómic «Fallerela» al considerar que su autor, Carles Recio, ha hecho uso indebido de dicha denominación.
La parte solicitante considera que la forma de presentación y difusión de estos productos (el cómic, CD y futuro libro), «una mujer semidesnuda, y únicamente ataviada con una peineta de fallera, un sujetador en forma de murciélago y una braga que reproduce la senyera, no resulta calificable como respetuosa con la dignidad de la persona, la mujer y más en concreto de las falleras…».
En el remitido que han hecho llegar hasta el promotor de esta particular heroína, el ayuntamiento y la junta confiesan sentirse «desagradablemente sorprendidos y molestos» al conocer los hechos e instan a Recio a que proceda a la inmediata retirada del mercado de «productos con los que se propone obsequiar la posible falta de precaución de los valencianos, amén del resto de incautos foráneos que adquieran la preciada regalía…».
Estas instituciones consideran que la utilización del nombre es absolutamente confundible con «Fallera», marca registrada en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial por estos organismos, por lo que se reservan la exclusividad de su uso.
El ayuntamiento y la junta señalaron la posibilidad de actuar judicialmente contra el autor, «mediante el ejercicio de las oportunas acciones, por las que puede obtener, tanto la cesación del acto ilícito, infractor, como la pertinente indemnización de los daños y perjuicios causados».
Y recalcan que la ley les confiere la facultad de oponerse a cualquier nueva solicitud de registro de marca o nombre comercial «de cualquier nombre similar que pudiese estar concedido».
La «mera solicitud» de la marca por parte del autor no le otorga derecho alguno, según los remitentes del escrito, al uso de la denominación solicitada, «ni le deja a salvo de un eventual procedimiento judicial contra su práctica».
De igual modo, señalan que no se trata de considerar si los hechos se realizaron de buena fe o no, pues «si a la ley no le interesa, a nosotros mucho menos».
Además de considerar que se trata de publicidad ilícita («atenta contra la dignidad de las personas y especialmente de la mujer») y desleal («ya que por su contenido, forma de presentación y difusión provoca el descrédito de una persona»), para la junta y el ayuntamiento, el cómic «Fallerela» «es denigratorio y ofensivo para las fallas, las falleras y toda la más pura y ancestral tradición valenciana, constituyendo además un procaz alarde de mal gusto, atrevimiento y desprecio por el respeto de la decencia, dignidad, decoro y buen nombre de la tradición y ciudadanía valenciana, por no decir de la Ciudad de Valencia».
Ante estos hechos, su postura es contundente, «no vamos a admitir esta actuación que causa innegables perjuicios morales y económicos que, lógicamente, están siendo ya valorados y motivarán el pertinente resarcimiento».
El remitido es un intento por resolver el problema de un modo «todavía extrajudicial», por lo que piden al responsable de su publicación que «cese inmediatamente y no vuelva
a comercializar estos productos».
Otra de las peticiones que estos organismos consideran relevante es la que se refiere a las cifras de negocio obtenidas con la comercialización hasta la fecha del cómic y piden que se detalle dicha cantidad «para la oportuna e inmediata estimación de la indemnización económica que debe resarcirse al excelentísimo ayuntamiento de Valencia y a la Junta Central Fallera, para que renuncie, en principio, al recurso a la vía judicial para la solución de este conflicto». Y piden que se ponga a su disposición todo el remate de los productos para su retirada del mercado y posterior destrucción.
Por último, en dicho escrito también se indica el modo en el que los responsables de la publicación deben abonar el importe de 500.000 pesetas (más IVA), «en concepto de daños y perjuicios». Cantidad «inicialmente necesaria para que no se acuda de inmediato a la jurisdicción competente».
VIDAS EJEMPLARES Opinion 2000-01-31 «Fallerela» contra el imperio carcamal
Manuel S. Jardí
Como éramos pocos en este paisaje de tebeo, Carles Recio ha engrosado el censo con su última creación, Fallerela, la heroína que devolverá alegría y libertad a las calles de los adormecidos contribuyentes, a base de lanzar naranjas flamígeras y petardos justicieros desde el generador energético de su peineta, una especie de arma secreta como las de Bond, James Bond, pero en genuina versión valenciana a más no poder. Es una lástima que Recio haya ambientado las hazañas de Fallerela en el siglo XXII, con la falta que nos hace ahora y lo mal que vamos de héroes que disparen naranjas flamígeras y ráfagas de peineta. Al parecer, en el año 2064 las autoridades habrán prohibido las fallas para evitar la contaminación y preservar recursos naturales escasos, lo cual no está nada mal si añadimos que el caos circulatorio y el ruido a todas horas que amenizan habitualmente la jungla urbana no se verá agravado por un festejo que, en determinadas manifestaciones, elude el sentido común y alcanza cotas de desafiante impunidad. Mucho deberán haber cambiado, pues, las autoridades en el dos mil y pico. A Recio, para mi gusto, le falla el guión cuando justifica la irrupción de Fallerela como beligerante guardiana de las esencias con esas mismas autoridades que confiesan en privado que «una sociedad con fiestas y alegría es de difícil manipulación». Será en Madagascar, porque lo que es aquí, festorros y alegrías, más que en Babilonia, y excepción hecha de quienes ostentan el poder y de quienes no pierden la esperanza de reocupar despachos, nos toman el pelo, pero bien, sin que se atisbe el momento de levantar cabeza. Véase, si no, el último informe de la Sindicatura de Cuentas sobre lo que debemos, en qué y cómo se lo gastan en la Generalitat, y allí siguen. O los inacabables rifirrafes sobre la innombrable y las expectativas de retiro que despierta a ambas orillas del Lian Shan-Po entre no pocos intelectuales y artistas.
La Fallerela de Recio, la del siglo XXII, con peineta, antifaz, sujetadores Batman, capa y braguita senyera, busto indudable y botas de tacón alto, es todo un modelazo. Aparece en la viñeta una noche cualquiera, en busca de su identidad. De noche y en busca de su identidad, si no fuera el 2064 se diría que va al psiquiatra de guardia. La señorita que acaso inspiró al autor y se fotografió con él vestida como su heroína, encantos aparte, era algo más rotunda, más del terreno: la Fallerela del siglo XX. No le faltaría trabajo. En un capítulo podría averiguar si realmente se esfumaron mil y pico millones del IVEX y, como sugiere ahora Zaplana en nombre de la parte denunciante de la primera parte, no hay quebranto económico. Fallerela pondría fin en otro episodio a la especie de aerolitos que están dejando Velluters como Grozni. En otra aventura desintegraría a tiros de peineta el chalet del Penyal d’Ifac, pistas de pádel inclusive, con chófer y todos dentro. Tampoco saldrían indemnes Ciprià Ciscar y su gestoría de filibusteros, la izquierda incapaz y todos los que, atendiendo a las dimensiones ideológicas de su ropero, siempre lucen un traje para cada ocasión. Con Fallerela, en fin, los de Salvem el Botànic acabarían con el pedazo de monstruo repleto de hierbajos. Y, en fin, tratándose de una fallera, caso de que lograra rechazar la oferta para formar parte del organigrama viajero de Presidencia, Fallerela ligaría con un recio mocetón fotografiado por Mappelthorpe y comería paella en espera de nuevas aventuras. De película.
Comunidad 2000-01-27 Llega «Fallerela», la heroína
Carles Recio inventa en su nuevo cómic una Valencia en la que las fallas están prohibidas
Recio y la modelo que encarna a «Fallerela». j. aleixandre
M. MARTÍNEZ
valencia
En un frío invierno de las primeras décadas del siglo XXII, Valencia es una ciudad en la que la tiránica presidenta que reside en el palacio de gobierno (edificio que recuerda al de la Generalitat) ha ordenado cubrir de metal gris las torres de Serranos y otros monumentos para acallar su historia y derribar las alquerías porque son «antiguallas» y le gustan más los rascacielos.
Las fallas (palabra maldita) permanecen prohibidas desde 2064. Las autoridades decidieron liquidarlas con la excusa de respetar el entorno, evitar la contaminación y preservar recursos escasos como la madera y el agua pero en realidad confiesan en privado que lo hicieron porque «una sociedad con fiestas y alegría es de difícil manipulación», y por eso acabaron con las fallas, las hogueras y los bailes.
Pero «Fallerela», la nueva heroína valenciana, se encargará de devolver la alegría y la libertad a las calles combatiendo el mal con el lanzamiento de naranjas flamígeras, la energía de su peineta y un cuerpo insuperable que sólo cubre con un sujetador con forma de murciélago y una braga-Senyera.
El personaje del comic hunde sus raíces en la veterana «Vampirella», que utilizaba una presentación muy similar y que estaba próxima a sus contemporáneos, los superhéroes Supermán, Batman y toda una larga lista de figuras en permanente lucha contra el mal.
Ésta es la última ocurrencia del polifacético Carles Recio, que pone desde hoy en las librerías el primer número del cómic «Fallerela», al precio de 1.500 pesetas, editado por Bayarri Comunicación (el mismo que publica El turista fallero), con dibujos y color de Francisco Ruiz y la participación de artistas e ilustradores como Álex Alemany, Paco Zarco, Jordi Bayarri, Josep Lanzón, Pablo Alapont, Jorge Balaguer, Ángel Marín y un largo etcétera.
La presentación de esta nueva publicación tuvo lugar ayer tarde en la sede del Círculo de Bellas Artes de Valencia que preside Alemany, y corrió a cargo de Esteve Edo.
El jefe de publicaciones de la Diputación de Valencia vuelve a la carga, esta vez como promotor privado de cómic, tras un accidentado paso por Xàtiva, con sus viñetas del alcalde Rus y de la esposa de éste, con «una serie innovadora que conjunta los mejores artistas valencianos, tanto consagrados como de última generación. Fallerela es un canto a la sociedad del futuro, donde el alma humana ha de encontrar su plenitud».
Recio, el «doctor Carles»
El promotor se ha reservado para sí un personaje, el Doctor Carles, enamorado de «Fallerela» y guardián del secreto de su origen, que ella misma desconoce y se empeña en buscar. Un pirotécnico gamberro pero de buen corazón, un bibliotecario que oculta los libros prohibidos y una amplia galería de «malos» metálicos completan el reparto de la serie.
El propio Carles Recio se acercó ayer por la mañana a la sede de Levante-EMV para presentar por anticipado su nueva creación, acompañado por una modelo caracterizada como «Fallerela». La joven, como el personaje, no puede quitarse el antifac que cubre parcialmente su rostro. En la ficción, ese personaje anda perdido, porque todos tratan de ocultarle su origen, su verdadera identidad.
El nuevo comic, pensado para el mercado que generan las fiestas falleras, tendrá como complemento un CD y también una novela, según indica su promotor, que prepara ya la segunda aventura de la heroína «Fallerela».
Edición:PRIMERA · LIBRO DE HISTORIETALengua:Traducción del valencianoFormato:LIBRO· CARTONÉTamaño:35 x 25 cmPaginación:48 págs. más cubiertasColor:COLOR(portada, interior)Registros:ISBN: 978-84-7395-073-2Autores:Portadista 1: PACO ZARCOGuionista 1: CARLES RECIODibujante 1: FRANCISCO RUIZ VELASCO