La expresión “No hay que mezclar churras con merinas” se utiliza para señalar que no se deben confundir cosas que son diferentes entre sí, es decir, comparar o mezclar elementos que no tienen nada en común. Aunque algunas personas equivocadamente dicen «churros» o «meninas», el origen correcto del dicho se refiere a dos tipos distintos de ovejas: las churras y las merinas.
Churras vs. Merinas
Las churras son una raza de ovejas criadas principalmente para carne y leche, especialmente apreciadas por la calidad de ambos productos. Por otro lado, las merinas son conocidas por producir una lana de excelente calidad, que ha sido muy valorada durante siglos por su suavidad y densidad. Ambas razas tienen un propósito específico: una es más adecuada para la industria textil y la otra para el consumo de carne y leche.
El problema de mezclar churras con merinas es que, al hacerlo, se perderían las características especiales de cada una. Cruzar ambas razas resultaría en una oveja que ni da buena lana ni tiene carne o leche de la calidad esperada.
Uso actual
La expresión se utiliza figuradamente para advertir que no es conveniente mezclar cosas que no tienen nada en común, ya que se podría perder lo mejor de cada una. Es una manera de resaltar la importancia de distinguir entre dos cosas diferentes.
Así que, cuando alguien te diga «No mezcles churras con merinas», ya sabes que están sugiriendo que no compares cosas distintas que, al unirse, pueden perder su valor individual.