Santiago Abascal responde al obispo auxiliar de Toledo llamándolo Don Oppas y comparando sus declaraciones con traiciones del siglo VIII. La política española alcanza nuevos niveles de Edad Media Deluxe, entre túnicas imaginarias, califatos de Bruselas y monólogos con olor a incienso rancio.
¡Qué empiece el torneo medieval!
España, 2025. La inflación sube, los trenes se paran, la sanidad se colapsa…
¿Y de qué estamos hablando?
¡De si Abascal es o no es un católico legítimo!
Eso sí que es un problema estructural, amigos.
Todo comenzó cuando el obispo auxiliar de Toledo, César García Magán, decidió no quedarse callado y lanzó una joyita verbal que haría temblar las vidrieras del Vaticano:
“Sedicente católico.”
Para los que no habéis hecho Latín II, eso viene siendo “católico de pega”, “el que se lo dice, pero no se lo cree ni él”, o como diría tu abuela: “Ese va a misa, pero no sabe ni el padrenuestro entero.”
Abascal reacciona y abre la Biblia por el capítulo de «Zasca»
Ante semejante acusación clerical, Santiago Abascal, que ya se pone gallito por menos, respondió en el evento VIVA25 con su estilo habitual:
“Este obispo es como Don Oppas.”
¿Quién? ¿Don qué? ¿Donde hay que votar?
No, no. Abascal no habla de un youtuber ni de un streamer de ultracatólicos. Habla de Don Oppas, un obispo del siglo VIII que, según la leyenda, traicionó al rey Rodrigo permitiendo la invasión musulmana.
O sea, medievalismo nivel ‘Age of Empires con cilicios’.
La historia que nadie pidió recordar
Sí, amigos, hemos pasado de discutir sobre vivienda y trenes a comparar obispos actuales con traidores de hace 1.300 años.
España, tierra de sol y despropósitos.
El líder de VOX, metido ya en el túnel del tiempo, no se quedó ahí. Acusó a la Iglesia (o a parte de ella) de preocuparse más por insultar a patriotas que por los cristianos asesinados en África.
Y aquí se le fue un poco la homilía al lado oscuro:
“La libertad religiosa no ampara el fundamentalismo islámico.”
“Nunca aceptaremos el califato de Bruselas.”
Ya sabéis, el temido califato… donde los burócratas te obligan a reciclar y te multan si pones reggaetón a más de 50 decibelios. El horror.
Pero… ¿Abascal es católico o cosplay?
La pregunta del millón:
¿Es Santiago Abascal un verdadero católico o un sedicente que se cuela en las romerías por la tortilla?
Y más importante:
¿Quién decide esto, el obispo de Toledo, Twitter o San Pedro en su lista VIP del cielo?
Porque claro, ser católico ya no es solo una cuestión de fe, sino de quién te da el like desde el púlpito. Y en esta guerra santa de baja intensidad, Abascal ha optado por ponerse la armadura del cruzado, mientras el obispo le lanza pergaminos con citas canónicas.
¿Y los fieles qué dicen?
Pues como siempre, hay de todo:
🕊️ Algunos católicos más moderados están hasta el rosario de que la política meta a Dios en todos los berenjenales.
⚔️ Otros, más entusiastas, aplauden a Abascal como si fuera el nuevo Cid Campeador.
🙄 Y una gran mayoría de españoles sigue preguntándose si esto tiene algo que ver con que el tren a Cuenca vaya con 40 minutos de retraso.
El nuevo conflicto España-style: Dios, patria y YouTube
Entre procesiones ideológicas y banderas, hemos alcanzado un nuevo nivel de surrealismo:
Un político responde a un obispo usando historia medieval y conceptos sacados de debates de sobremesa en 13TV.
Y todo esto en un acto político llamado VIVA25, que suena a festival de reguetón católico con fuegos artificiales bendecidos por el arzobispo.
Bonus track: ¿Qué diría Jesús?
Si Jesús bajara hoy y leyera Twitter, probablemente diría:
“Dejad que los trolls vengan a mí.”
Y luego les pondría en mute.
Conclusión (por llamarlo de alguna forma)
Lo que empezó con una frase en latín de un obispo ha acabado en un tour por los archivos del Reino Visigodo y una denuncia de califatos ficticios en Bruselas.
España, tierra bendita de debates eternos y líderes que invocan a santos y mártires para ganar votos.
Y ahora, la pregunta del sermón:
¿Tú qué opinas, lector? ¿Debería la Conferencia Episcopal llevar una app para verificar catolicidad con QR o ya pasamos directamente a La Voz: Edición Eucarística?
