Barracas es un municipio de la Comunidad Valenciana, España, ubicado en la provincia de Castellón y en la comarca del Alto Palancia. Se encuentra al suroeste de la provincia, en el límite de ésta con la de Teruel. Según el INE de 2022, tiene una población de 185 habitantes.
Geografía
Está situado a 81 kilómetros de la capital provincial. El término municipal está atravesado por la Autovía Mudéjar (A-23), por la carretera nacional N-234, y por carreteras locales que conectan con Viver, El Toro y Villanueva de Viver. El relieve del municipio se caracteriza tanto por la elevada altitud media, situándose en torno a unos mil metros de altitud, como por la ausencia de grandes relieves, por lo que es conocido ello como el altiplano de Barracas.
Clima
El clima se podría considerar de tipo mediterráneo seco, aunque es notoria la influencia continental debido a su distancia del mar y su altitud. Los inviernos suelen ser bastante fríos, llegándose algunos años a valores absolutos de -18 °C, aunque la temperatura mínima media de invierno suele ser de unos -3 °C y la temperatura máxima media de unos +8 °C. En verano se muestra una clara tendencia continentalizada, con temperaturas elevadas durante el día y una marcada bajada de las temperaturas por la noche (oscilación térmica), aunque las precipitaciones y algún régimen de vientos es puramente mediterráneo.
Historia
A lo largo de la historia el municipio ha recibido distintos nombres tales como San Pedro de Belmonte, Las Barracas de los Reales y por último Barracas. Fue conquistada por el rey Jaime I de Aragón que la cedió en 1269 a la Baronía de Jérica. En 1585 volvió a ser patrimonio real siéndole otorgados los fueros de Valencia. Posteriormente pasó el señorío territorial de esta población al Duque de Berwick.
Economía
Debido a lo duro de su clima, la agricultura siempre ha sido un recurso escaso, basándose su economía en la ganadería. Prueba de ello es la merecida fama que poseen sus embutidos y la existencia de una ganadería de toros de lidia. En la actualidad, sin embargo, al contar con un amplio equipamiento hotelero y restauración, estar centrada en el sector servicios y muy dependiente de la carretera CN-234, antiguo Camino Real Aragón Valencia, a cuya historia ha ido ligada la de esta población que, dado su enclave orográfico y geográfico ha constituido desde antiguo un lugar de parada y hospedaje. Actualmente un gran recurso es el cultivo de la trufa.
La Trufa de Barracas
La trufa es un hongo que crece bajo la tierra y aunque hay documentos que aseguran que desde el tiempo de los romanos viene utilizándose para dar aroma a los platos, no siempre ha sido tan conocida. Hay distintas especies comestibles, pero las más cultivadas en la zona son la Trufa de verano (Tuber aestivum), la Trufa magenca (Tuber brumale) de menor calidad y la Trufa negra o trufa de invierno (Tuber melanosporum) que es la más valorada en la región.
La trufa no vive sola, sino que se asocia a las raíces de algunas plantas cuando se dan unas condiciones edáficas y ambientales óptimas. Necesita entre otras cosas suelos calizos y bosques poco densos, por eso muchas veces se cultivan en fincas preparadas con estas características. No tiene porque salir en la finca de forma natural, así que se aporta la espora del hongo al cepellón de la planta a cultivar y así se produce la micorrización en sus raíces. Se utilizan sobre todo especies como la carrasca y el roble, aunque igualmente podemos encontrarlas en coscoja y también sobre avellano, muy abundantes en esta comarca.
El cultivo de la trufa es muy positivo para la comarca porque crea riqueza, fija población y conserva un hábitat compatible con la conservación de la naturaleza. El aroma es la principal propiedad gastronómica que la trufa negra aporta a muchos platos. Quizás el huevo es el primer producto que se nos viene a la cabeza, pero os sorprenderá probar este hongo en los más platos más insospechados.
Barracas y Villanueva de Viver son dos localidades que deben mucho a este «oro negro» cultivado en sus tierras. Cada año, estas localidades organizan la Feria de la Trufa, donde se realizan diversas actividades como talleres sobre el perro trufero, la caza de trufas, y charlas sobre el cultivo, la comercialización y conservación, el producto final en la mesa, los valores nutritivos y propiedades culinarias de la trufa. Además, se realizan sesiones de show cooking para que los asistentes vean, sientan y disfruten de una degustación de platos de alta cocina preparados en directo con trufa.
El cultivo de la trufa en Barracas es un ejemplo de cómo un producto local puede impulsar la economía de una región, atraer turismo y preservar la naturaleza al mismo tiempo. Así que si te encuentras en la Comunidad Valenciana, no dudes en visitar Barracas y probar su preciado «oro negro».