Con unos orígenes inciertos, el “Cant de l’Estoreta” aparece como una manifestación debida a la creatividad popular, en un momento inconcreto de la Valencia del Siglo XIX. O tal vez mas atrás.
El Cant de l´Estoreta Velleta es una tradición que se remonta a las finales del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. En ese tiempo, en las calles de Valencia, al llegar San José, habían muchas más fallas realizadas por los “chiquets” que por los mayores, pues en cualquier esquina, calleja, placeta… los “chiquets” plantaban sus fallas de una manera espontánea. Estas fallas eran solo hogueras de trastos viejos que los “chiquets” del barrio se dedicaban a recoger casa por casa, cantando la famosa cançoneta:
¿Per ahí hi ha una estoreta velleta per a la falla de Sant Josep, el tio Pep? ¿Mes que siga la tapadora del comú número u?
Posiblemente naciera esta costumbre entre los aprendices de los talleres artesanos, de ir casa por casa recogiendo los trastos viejos, para amontonarlos junto al “parot” y demás enseres en desuso, con el fin de prenderles fuego la noche de San José. Bien pronto, otros compañeros de juegos se unirían a la fiesta, hasta convertirla en un autentico espectáculo infantil.
Los niños son pues, los creadores espontáneos de la organización de la hogueras. Es una travesura consentida, una vez al año, por los mayores.
La canción que se entonaba para llamar la atención al vecindario, a que diera sus trastos viejos, está enraizada con los pregones de los miles de vendedores que voz en grito, ofrecían su mercancía o servicios en medio de las calles. Se puede considerar como los primeros pregones falleros de la historia.
La tradición perdura año tras año por iniciativa de la Falla Plaza del Árbol, que organiza desde 1962 el Gran Festival Concurso del “Cant de l’Estoreta Velleta”, gracias a un gran fallero como fue, Manuel Aliaga Hernández, con la colaboración de toda la Comisión en especial por Manuel Jesús-Maria Baselga.
Manuel Aliaga fue un valenciano de echo, entregado totalmente a la fiesta fallera. Ocupó todos los cargos y delegaciones y escribió innumerables “llibrets” y presentaciones. Pero por encima de todo, es el creador del “Cant de l’Estoreta”.
Por otra parte, Manuel Jesús-Maria fue el contrapunto de Aliaga. Conocido como “El Platerito” a causa de su oficio, tuvo el acierto de saber valorar el proyecto, poniendo a su disposición todos los medios necesarios para llevarlo a la practica.
El “Cant de l’Estoreta” rememora cada año, aquella Valencia que vio como nacían las Fallas, y a aquellos niños del Barrio que llevaban la fiesta y la alegría a sus vecinos.
Hoy en día el Concurso se convoca por la Junta Central Fallera y en el participan múltiples Comisiones, vestidas con los trajes mas típicos, ofreciendo una pincelada de la Valencia antigua. Para fomentar su divulgación, desde hace once años también se convoca un concurso de Carteles Anunciadores.
En cada una de las ediciones, un Jurado compuesto por personalidades relevantes y del que es Presidente nato, el correspondiente de la Junta Central Fallera, otorga los premios en tres categorías: al “CONJUNT”, al “CHIQUET MES TIPIC” y al “CANT” con el que es obligado que la comisión participante cierre su intervención en el concurso.
También existe la corriente que dice que el Cant de l’estoreta velleta lo comienzan los aprendices de las carpinterías (Gremio de carpinteros), que yendo casa por casa recogían los trastos viejos para amontonarlos junto a un parot o stot falla para pegarle fuego en la noche de San José.
Los “chiquets” se unían más tarde a esta manifestación festera, pasando en seguida a formar parte indiscutible e indisoluble de ella. La famosa “cançoneta” citada, se convertiría en el paso del tiempo, ni más ni menos que en nuestro himno fallero, gracias a la música del Mestre Josep Serrano y la letra de Maximilià Thous.
Esta cançoneta para llamar la atención de los vecinos del barrio, comentan los entendidos, que está arraigada en los pregones de los miles de vendedores que voz en grito, ofrecían su mercancía o servicios en medio de los calles. Podrían considerarse como los primeros pregones falleros de la historia sin duda alguna. Fue ya en el año 1935 cuando esta costumbre se institucionaliza como fiesta.
Hoy día esta fiesta del Cant de l’Estoreta Velleta se rememora en forma de festival-concurso todos los años gracias a la comisión fallera de la Plaza de l’Arbre del sector del Barrio del Carmen. Este concurso se remonta al año 1961 en el que unos falleros de la Plaza de l’Arbre quisieran rememorar su juventud recurriendo esta demarcación de la barriada del Carmen, ataviados a la vieja usanza de los “chiquets” de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y que arrastrando una estoreta velleta, pidieran a los vecinos algún trasto viejo para organizar en ellos una hoguera que acompañara a la Cremà de su falla. Al año siguiente, en 1962, quisieron que esta tradición se enfocara a todas las comisiones del Cap i Casal, organizando un concurso popular que a día de hoy marcha por su edición nº 56 en el año 2017 y que cuenta con todo el apoyo de Junta Central Fallera.
La tradición perdura año tras año por iniciativa de la Falla de l’Arbre gracias a un gran fallero como fue Manuel Aliaga y Hernández. Manolo Aliaga fue un valenciano de hecho, fallero de tronco y raíz, vecino del Carrer de Baix, frente a la relojería y la ropería dels Insa, que empezó como aprendiz en la popular imprenta de «La Semana Gráfica» y donde por sus manos de maquinista pasaran los primeros libros falleros, verdaderos obras de arte muy apreciadas por los coleccionistas.