Por mis cojones:
“Bronceados y a lo loco: Tres robadores de estatuas intentan montar su museo propio con un coche, cinchas y una suerte nefasta”
Los ladrones no sabían si abrir una galería de arte moderna o un desguace con las estatuas de Manuel Boix, valoradas en casi 300.000 euros. Finalmente, fueron más de chatarra que de Bellas Artes y acabaron en manos de la Guardia Civil.
En Albalat de la Ribera, una pequeña localidad valenciana que de repente parece haberse convertido en el epicentro del tráfico de arte robado (o más bien chapucero), la Guardia Civil ha dado un golpe de efecto al detener a tres individuos que, con más valor que cerebro, decidieron que robar estatuas de bronce para venderlas como chatarra era una gran idea.
El arte de robar… o no
Todo empezó un caluroso 5 de agosto, cuando el alcalde de Albalat de la Ribera, seguramente frotándose los ojos, denunció el robo de dos estatuas de bronce diseñadas por el afamado artista Manuel Boix, valoradas en una suma nada despreciable de entre 80.000 y 95.000 euros cada una. No contentos con su primera «obra maestra», los ladrones causaron daños adicionales a otras dos esculturas, por valor de 18.000 euros, quizás para añadir un toque abstracto a la escena del crimen.
Pero la historia no termina ahí. ¡Qué va! Dos días después, como si de un mal episodio de un reality show se tratara, el alcalde volvió a poner el grito en el cielo al descubrir que una tercera escultura había desaparecido. Con tres estatuas ya en su poder, los ladrones parecían estar montando su propio museo, aunque con una inclinación algo turbia hacia el arte reciclado.
El plan maestro: cinchas y coches
El 12 de agosto, estos aspirantes a «Ocean’s Eleven» decidieron que tres estatuas no eran suficientes y volvieron al lugar del crimen, esta vez con la intención de llevarse otra. Sin embargo, en lugar de utilizar guantes blancos y una estrategia elaborada, decidieron recurrir a una técnica más rudimentaria: atar unas cinchas a la estatua y arrancarla con la ayuda de un coche, cual si fuera una rueda atascada en el barro.
Desafortunadamente para ellos (y afortunadamente para el patrimonio cultural), el vehículo en cuestión fue identificado por las cámaras de seguridad, y la Guardia Civil localizó el coche horas después en un establecimiento de reciclado y recuperación de metales en el polígono industrial de Corbera. Dentro del vehículo se encontraban dos hombres, que no solo coincidían con las imágenes capturadas por las cámaras, sino que, además, parecían haber olvidado la brillante idea de cubrir las matrículas del coche.
De museo privado a desguace público
Tras ser detenidos y trasladados al acuartelamiento, uno de los sospechosos, en un alarde de sinceridad, confesó que tanto él como su hermano fueron los autores del robo. Su hermano, tal vez inspirado por el momento de fraternidad, también admitió su participación. Ambos, con antecedentes por delitos contra el patrimonio, parecían más interesados en el valor del bronce que en la belleza artística de las obras.
Durante la investigación, los agentes inspeccionaron tres establecimientos de reciclado y recuperación de metales en Corbera, Paterna y Alzira. En dos de ellos, encontraron las estatuas robadas, que serán devueltas al Ayuntamiento de Albalat de la Ribera. La idea de montar un museo privado fue, evidentemente, un fracaso, y el valor de las estatuas no alcanzó ni para el costo del rescate.
Reflexión final
Al final del día, los dos hermanos fueron puestos a disposición judicial, y la mujer que, según la investigación, hacía labores de vigilancia durante los robos, fue puesta en libertad. La trama digna de un guion de comedia negra llegó a su fin, dejando a la pequeña localidad de Albalat de la Ribera libre de estos poco ingeniosos amantes del arte.
Ahora, la gran pregunta: ¿qué pasará con los restos de la estatua dañada y qué otras ideas rocambolescas podrían tener estos «genios» si vuelven a salir a la calle? ¿Quizás se dedicarán al arte culinario y tratarán de robar la receta de la paella valenciana para venderla como arroz hervido? ¡La imaginación no tiene límites!
¿Te animarías a robar una estatua solo para saber cuánto pesa el bronce? ¡Déjanos tus comentarios y risas en la sección de abajo!