La historia del «barbero diabólico» de la calle Manyans es una de las leyendas más oscuras de la ciudad de Valencia. Cuenta la leyenda que en el siglo XIX, en pleno centro de la ciudad, en la calle Manyans, vivía un barbero llamado Vicente, conocido por su habilidad con las navajas y su habilidad para cortar el pelo y afeitar a sus clientes. Pero, detrás de esa fachada amistosa, se escondía una terrible verdad.
Se decía que Vicente, además de ser un habilidoso barbero, era un asesino en serie que había matado a varias personas en su barbería. Según la leyenda, Vicente tenía un truco para atraer a sus víctimas: ofrecía cortarles el pelo y afeitarles a un precio muy bajo, incluso gratis. Pero, una vez dentro de su barbería, Vicente les cortaba el cuello con su navaja y luego desaparecía con los cadáveres.
La leyenda dice que Vicente había construido una especie de sótano en su barbería, donde almacenaba los cuerpos de sus víctimas. Además, se decía que el barbero utilizaba los restos de sus víctimas para hacer empanadas y pasteles, que vendía a sus clientes sin que estos supieran lo que estaban comiendo.
La leyenda del «barbero diabólico» de la calle Manyans se ha transmitido de generación en generación en Valencia y todavía se recuerda hoy en día. Algunos historiadores sugieren que la historia puede tener cierta base en la realidad, pero que es probable que se hayan exagerado los detalles con el paso del tiempo.
De hecho, se sabe que en la calle Manyans había un barbero llamado Vicente durante la segunda mitad del siglo XIX, pero no hay pruebas de que fuera un asesino en serie. Sin embargo, la leyenda sigue siendo popular y ha inspirado varias obras de teatro, películas y novelas, incluyendo una novela de horror escrita por el autor valenciano Vicente Blasco Ibáñez en 1919.
En resumen, la historia del «barbero diabólico» de la calle Manyans es una de las leyendas más oscuras y perturbadoras de Valencia, que ha sido transmitida de generación en generación y todavía sigue siendo recordada hoy en día. Aunque no hay pruebas de que la historia sea verdadera, la leyenda ha inspirado varias obras de arte y sigue cautivando a la imaginación de los valencianos.
«El barbero diabólico de la calle Manyans: la historia del Sweeney Todd valenciano» – Una historia siniestra de Valencia en el siglo XIX.
En el siglo XIX, en el corazón del barrio del Carmen en Valencia, había una pequeña calle llamada Manyans. Allí, en el número 5, vivía un barbero llamado Francisco García Escudero, que se ganaba la vida cortando el pelo y la barba a los hombres del barrio. Sin embargo, pronto se hizo famoso por una práctica menos común: cortar las gargantas de sus clientes y deshacerse de los cuerpos en su sótano.
La leyenda del barbero diabólico de Manyans comenzó a circular por Valencia a mediados del siglo XIX, y pronto se convirtió en una de las historias más terroríficas de la ciudad. Según la leyenda, Francisco García Escudero era un hombre apuesto y encantador, que atraía a los hombres del barrio con su habilidad como barbero. Una vez dentro de su establecimiento, los incautos clientes eran sedados con un brebaje de opio, y luego asesinados con su navaja de afeitar.
Los cuerpos eran desollados y descuartizados, y los restos eran arrojados en una fosa común en el sótano de la barbería. Se dice que los huesos de las víctimas eran utilizados por Francisco para fabricar sillas, instrumentos musicales y otros objetos. Además, el barbero también vendía carne humana a los comerciantes de la ciudad, que la utilizaban para hacer embutidos y otros productos cárnicos.
La historia del barbero diabólico de Manyans se convirtió en una leyenda popular en Valencia, y se dice que inspiró a muchos escritores y artistas de la época. En 1899, el poeta valenciano Teodoro Llorente escribió un poema titulado «El barbero de Manyans», que relataba la historia del asesino. En 1920, el escritor valenciano Max Aub incluyó la historia del barbero diabólico en su libro «Cuentos crueles», una colección de historias de terror.
Aunque no hay evidencia de que Francisco García Escudero fuera un asesino en serie, la historia del barbero diabólico de Manyans sigue siendo una leyenda popular en Valencia. Hoy en día, la calle Manyans sigue existiendo en el barrio del Carmen, y el número 5, donde supuestamente se encontraba la barbería, ahora es una tienda de antigüedades.
A partir de ahí, la historia del barbero diabólico se convirtió en leyenda, y se han ido transmitiendo diversas versiones a lo largo del tiempo. Una de las más populares cuenta que el barbero llegó a asesinar a más de cien personas, que se convirtieron en la carne de los pasteles que vendía la mujer. Se dice que el sabor de los pasteles era tan exquisito que muchos clientes acudían al establecimiento sin sospechar lo que realmente estaban comiendo.
Otra versión cuenta que la mujer del barbero tenía un hermano que trabajaba en el matadero, y que era él quien suministraba la carne para los pasteles. Sin embargo, el hermano comenzó a beber y a contar lo que hacía, y un día acabó confesando todo a un sacerdote. El sacerdote denunció a la pareja a la Inquisición, y ambos fueron arrestados y juzgados. Según esta versión, el barbero fue ejecutado, mientras que la mujer logró escapar de la prisión y desaparecer sin dejar rastro.
Aunque la historia del barbero diabólico de la calle Manyans es muy similar a la de Sweeney Todd, es difícil saber en qué medida es verdad y en qué medida es ficción. Lo que está claro es que la leyenda ha calado hondo en la ciudad de Valencia, y todavía hoy se pueden encontrar referencias a ella en diversas publicaciones y en la memoria popular. Además, la historia ha sido adaptada al teatro y al cine en varias ocasiones, lo que demuestra la fascinación que sigue ejerciendo sobre el imaginario colectivo.
Se dice que este barbero era un hombre corpulento y de gran fuerza física, lo que le permitía someter a sus víctimas con facilidad. Según algunas versiones, Manyans llegaba incluso a engañar a sus clientes para que entraran a su barbería ofreciéndoles cortes de pelo gratuitos o a precios muy bajos. Una vez dentro, los sedaba con un brebaje y luego los mataba con su navaja. Otras versiones indican que simplemente los atraía a su sótano y los asesinaba allí.
Después de matar a sus víctimas, Manyans despedazaba los cuerpos y los cocinaba para luego vender la carne como relleno de empanadas y otros platos. Se dice que el sabor de estas empanadas era particularmente delicioso y que la gente las compraba con frecuencia sin saber lo que realmente estaban comiendo.
La verdad detrás de estas historias no está clara, ya que se han mezclado muchas leyendas y rumores a lo largo de los años. Algunos historiadores creen que la historia del barbero diabólico de Manyans es simplemente una leyenda urbana que se fue transmitiendo de generación en generación. Sin embargo, otros afirman que sí hubo un barbero llamado Manyans en Valencia en el siglo XIX y que tuvo ciertos problemas con la ley, aunque no se sabe si realmente llegó a matar a alguien y vender su carne.
Sea como fuere, la leyenda del barbero diabólico de la calle Manyans sigue siendo parte del folclore valenciano y una curiosidad histórica interesante.