La expresión «no hay tutía» se utiliza en España cuando se quiere expresar que no hay solución posible para una situación, es decir, que no se puede hacer nada para cambiar el problema. Aunque hoy en día suena como si tuviera relación con algún familiar, como un tío o una tía, en realidad su origen es muy diferente y no tiene nada que ver con parentescos familiares.
Origen: ¿Qué es la «tutía»?
El origen de esta expresión se remonta a la palabra árabe «atutía», que se refería a un ungüento medicinal hecho de óxido de zinc. Este remedio se utilizaba principalmente para tratar problemas oculares, como infecciones o irritaciones en los ojos. Cuando se decía que «no hay tutía», lo que realmente se estaba afirmando es que no había remedio para curar la enfermedad en cuestión.
Con el paso del tiempo, la frase fue evolucionando en su significado y se convirtió en una expresión popular para referirse a cualquier situación en la que no hay solución posible. Aunque el ungüento desapareció de la vida cotidiana, el uso de la frase se mantuvo y, con los años, se deformó en la interpretación más común: «no hay tutía», perdiendo su relación con la medicina y ganando un tono más coloquial
Arabismos en el español
Esta expresión es un ejemplo más de los arabismos que han enriquecido la lengua española tras los ocho siglos de influencia árabe en la península ibérica. Palabras como «fulano» (de «fulān», que significa persona cualquiera) o «mengano» (de «man kān», que significa quien sea) también tienen origen en el árabe, y son ejemplos de cómo el español ha absorbido términos de otras culturas a lo largo de los siglos.
Así que, la próxima vez que alguien diga «no hay tutía», podrás contarle que el origen de esta curiosa expresión proviene de un antiguo remedio medicinal árabe.