Valencia, patria querida; yo te saludo con entusiasmo y admiración, porque en la/prosperidad y en la desgracia siempre has sido grande, siempre has sido envidiada.
Todos tus poseedores han procurado engalanarte, los hijos del profeta te miraron como la joya mas preciosa de su conquista, los cristianos quisieron poseerte á toda costa, y en todas las vicisitudes siempre has presentado un aspecto risueño y encantador. \
Mas de seis siglos han trascurrido desde que fuiste la corte de reyes moros, y todavía conservas recuerdos de tus antiguos dueños.
Mas reducido que ahora era entonces tu recinto , y tus calles mas estrechas y tortuosas pero en cambio te adornaban tus alcázares y tus harems tus apuestos donceles y tus africanas hermosuras. \
Fuiste esclava de los hijos de los hijos del profeta pero gozabas en tu esclavitud ; con tus jardines y alfombras, con tu serrallo y sultanas no echabas de ver tu cautiverio y olvidaste hasta tus antiguos moradores.
Un hombre esforzado, sin embargo un hombre que con con su valor y genio llenó el mundo de admiración y asombro , concibió la idea de libertar! ;, y su idea fue acogida con entusiasmo,
Los señores feudales armaron sus vasallos, y de todas partes acudieron esforzados caballazos á pelear á las órdenes de D. Jaime de Aragón,
Sesenta mil combatientes te cerraron, y los ballesteros se prepararon para el asalto ; las terribles máquinas habían derribado parte de la muralla
y la herida que recibió el héroe del siglo le infundió nuevo ardímiento y valor.
Todo estaba dispuesto para el asalto, un momento de decision y arrojo era lo único que se exígia de los sitiadores, pero el estandarte de Aragón sustituto como por encanto la morisca bandera en la torre de Alibufat-Muley (Llamada en el día del Temple.); y el monarca aragonés besó la tierra y dio gracias al Señor por la victoria conseguida. Valencia, te habías rendido á discreción.
El día 28 de Setiembre será siempre un día de gloria y alegría para los cristianos, de tristeza y pesar para los musulmanes.
Once días después y a no tenias serrallos ni sultanas; tu mezquita fue consagrada al verdadero Dios, y los guerreros de Aragón cubiertos de múreles y de gloria adoraron rendidos su poder. \
Tu faz cambió enteramente, al bullicio sucedió la calma, y los placeres materiales del musulmán fueron sustituidos por el espiritualismo del cristiano.
Los siglos han pasado y han ido borrando las costumbres de nuestros mayores aniquilando las antiguas creencias, y ya nada queda de aquellas edades.
Tus poseedores te despojaron de las galas que te habían dado, y ya no eres la joven y bulliciosa mora, ni la respetable matrona de tus fueros olvidada.
Todavía eres envidiada tu cielo azul, tu fértil suelo Valencia, patria querida yo te saludo con entusiasmo; y admiración, porque en la prosperidad y en la desgracia siempre has sido grande, Siempre has sido envidiada.—
Francisco de P. Arólas.
EL FENIX 1846