Historia del primer premio de las fallas

marzo 20, 2022
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Hace un siglo las fallas valencianas ya habían adquirido un mayor interés popular y algunas comisiones se preocupaban de que en la construcción intervinieran algún entendido en el arte del modelado o de la pintura.

Así se citan entonces por primera vez fallas en las que las cabezas y manos han sido modeladas y realizadas en cera y pintadas luego apropiadamente. Y algunas de ellas realizadas totalmente por artistas, a veces para fines comerciales las que se instalaban en la plaza de toros – la primera de ellas en el año 1886 -, cuyas fallas tenían todas movimientos y producían la admiración de cuantos las contemplaban. Algunos periódicos citan que <>.

Aquella evolución de las Fallas fue estimulada por algunas entidades recreativas, que al comenzar el último cuarto del siglo XIX, premiaban la que consideraban la mejor Falla con un estandarte, pero ello no tenía continuidad, sino que se realizaba esporádicamente, según la vida y las posibilidades económicas de aquellas pintorescas sociedades de antaño.

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Cuando en 1885 la fiesta fallera estuvo en trance de desaparecer, porque un concejal del Ayuntamiento consideró las Fallas <>, se propuso por este, y así se acordó, elevar la tarifa para instalarlas llegando hasta a hacer pagar sesenta pesetas. Lo que dio margen a que no se plantase ninguna Falla hasta el año 1887 en que la corporación municipal rebajó a diez pesetas la licencia, colocándose aquel año veintisiete fallas, número no conocido hasta entonces.

En aquel renacer optimista de la fiesta se otorgaron por primera vez tres premios a las fallas. Fue por iniciativa de <>, que dirigía el escritor Manuel Lluch Soler, Quien realizó una ingeniosa cuestación entre los Pepes y las Pepitas para adjudicar tres premios a otras tantas fallas que más se distinguieran por su ingenio y gracia.

El primer premio, que consistía en costear la banda de música, fue adjudicado a la falla instalada en la calle de Embajador Vich, que representaba una parodia de la estatua del rey Jaime el Conquistador. El segundo premio consistía en una larga traca y fue otorgado a la falla levantada en las calles Colón y Játiva. Que se titulaba “Una Becerrada”, aludiendo a la policía local. El tercer premio fue adjudicado a la falla plantada en la calle Jabonería Nueva,( que posteriormente desaparecería con la apertura de la Avenida del Oeste) y consistía en costear también la banda de música que amenizaba los festejos en dicha calle.

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Después, no se adjudicaron otros premios efectivos y en sucesivos años volvieron a concederse los honoríficos estandartes, especialmente los de la sociedad valencianista <>. En el año 1895, esta sociedad y el Círculo de Bellas Artes, interesándose por la modificación de las fallas <>, ofrecieran tanto valiosos estandartes a las que ofrecieran también mayor novedad.

Ello dio motivo para que las fallas, con el acicate de estos premios, mejoraran notablemente en su construcción y forma de realizarlas, porque intervenían ya en ellas muchos artistas que comenzaron a destacar por aquella época.

En el año 1896, no se plantaron fallas, como consecuencia del estado conflictivo político que sufría España con Cuba, muy a pesar de que parte de los monumentos falleros de ese año estaban preparados.

En el año 1897, nuevamente se plantarían fallas un jurado formado por los señores Julio Cebrián, José Vizcaíno, Antonio Palanca, José María Puig Torralba, y José Bodria, perteneciente alas sociedad “Lo Rat Penat”, otorgaría el estandarte ala mejor falla a la plantada en la Plaza de la Pelota”, que aludía aun gran tribuno: un cerdo vestido de etiqueta, atado a un poste, y cercano a el un hombre del pueblo señalando al animal. La prensa de la época alabó la iniciativa de la sociedad “Lo Rat Penat”, y promovía que otras entidades la imitaran, pues así aumentaría el estímulo y el gusto artístico de la clásica fiesta, que tan bien retrataba el carácter alegre y socarrón de los valencianos.

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En el año 1898, se volvió a premiar los mejores monumentos la sociedad “Lo Rat Penat”, formando jurado de las mismas los señores Cebrián, Gómez, Puig Boronat, Bernal Y Cabrelles, otorgando el primer premio a la del Hort d´En sendra o de Sogueros, que representaba una crítica del juego del “coin” y que fue obra de Pedro Ferrer Calatayud. El premio de este año consistió en una artística rama de almendro, que simbolizaba la llegada de la primavera y junto a su centro un “tabalet i una dolçaina” con una cascada de amapolas, todo esto sujeto con una cinta de colores nacionales en la que se leía la siguiente leyenda: “Lo Rat Penat a la mejor Falla de 1898”, tuvo también el privilegio de ser quemada con todos los honores el día 20 un día después que las otras.

En el año 1899, siguiendo la costumbre de los años anteriores la sociedad “Lo Rat Penat”, vuelve a premiar a la mejor falla con un jurado compuesto por los señores Badenes, Ferrer, Badenes, Cebrián y Ponce otorgan el máximo galardón a la falla plantada en la plaza de la pelota, consistente en una guitarra, unas castañuelas, un ramo de laurel lleno de buñuelos sujeto todo por una traca de la que colgaba un lazo de raso con los colores de la enseña nacional.

En 1900, sigue la sociedad premiando la mejor falla, obteniendo este año el galardón la plantada en la Plaza del Príncipe Alfonso titulada “La pipa, krugguer y los ingleses”, obra de Enrique Navas. El premio consistió en una columna de laurel que aguantaba una gran paleta, donde estaba pintado el escudo de dicha Sociedad, obra la misma del maestro Pedro Ferrer Calatayud.

Al comenzar el nuevo siglo, el Ayuntamiento, decidió colaborar también a la labor que habían iniciado “El círculo de Bellas Artes” y la Sociedad “Lo Rat Penat”, ofreciendo además de un estandarte, un premio en metálico.

La idea fue del concejal don Anacleto Pastor y Canut, que propuso a sus compañeros de corporación otorgar doscientas cincuenta pesetas a la falla ganadora, sin embargo, no fue del todo aprobada su propuesta dado que se acordó la concesión de un estandarte y cien pesetas para el autor de la falla.

En la mañana del 18 de marzo de ese mismo año un jurado compuesto por don Anacleto Pastor y Canut, sus compañeros de la corporación, don Manuel Cort Gonzálves y don Francisco García Cáceres. Por parte de la Sociedad “Lo Rat Penat”, que también ofreció su estandarte, los artistas Cebarían Mezquita y don Eugenio Carbonell Mir. Además, se agregaron como componentes del jurado don Antonio Guerrero y don Juan Péris de la Sociedad humorística “El Cabás”, que también ofrecían un estandarte.

El galardón del Ayuntamiento recayó en la falla plantada en la calle Ruzafa, esquina a la de Cirilo Amorós obra del artista Bautista Rodríguez, bajo el lema “Los progresos de la ciencia”. El galardón de “Lo Rat Penat”, fue concedido ala falla plantada en la calle de las comedias y el estandarte de la sociedad humorística “El Cabás”, para la falla plantada en la calle Maldonado.

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En 1902, el Ayuntamiento introduce la novedad al galardón del primer premio, otro segundo que constaba de un estandarte acreditativo, y de cincuenta pesetas, siendo el primer premio para la falla plantada en la Plaza del Príncipe Alfonso, realizada por el señor Blesa y el segundo para la instalada en la Plaza de la Reina, de don Enrique Navas.

Así se continuó hasta el año 1904, con la novedad en este ejercicio, de que se reparten tres premios.

En el año 1909, el Ayuntamiento suprime los premios y ello hace descender el número de monumentos falleros plantados en las calles y plazas.

Nuevamente, en 1910, se vuelve a premiar las fallas la cantidad de fallas cada año fue aumentando, también lo fueron las entidades que otorgaban sus premios, siendo algunos años un verdadero berenjenal de ellos.

Y es en 1933, con la creación de la Semana Fallera por el Comité Central Fallero, cuando se establece la división de las 73 fallas de ese año, en dos secciones, con sus correspondientes premios. Esta división fue establecida siguiendo un baremo (supuestamente económico) establecido por el mismo Comité. Al año siguiente, el número de fallas aumentó a 117.

El Ayuntamiento de Valencia, no ha interrumpido, a excepción del periodo de la Guerra Civil Española, la concesión de los premios alas Fallas, que han ido constantemente ampliando su cantidad y calidad, contribuyendo eficazmente al desarrollo y evolución de la más espléndida y luminosa fiesta valenciana.

Bibliografía: “Las Provincias”, especial de Fallas 1968. | “ Las Provincias”, especial de fallas 1965. | “500 Años de Fallas”, Diputació de Valencia año 2000/José Soler Carnicer.

“Historia de las Fallas”, Levante 1990/VV.AA

“ Las Fallas”, 1849-1936/Enric Soler i Godes Editorial Albatros- Gremio de Artistas Falleros- Manuel Sanchís.

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