Historia del traslado de la Virgen de los Desamparados de Valencia

mayo 15, 2023
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El fervor popular del Traslado de la Virgen de los Desamparados: el episodio histórico de Félix Azzati y sus palabras ofensivas

El 17 de marzo de 1911, durante un acalorado debate parlamentario en el Congreso de los Diputados de España, el diputado republicano Félix Azzati pronunció unas palabras ofensivas hacia la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia. Estas palabras desencadenaron un episodio histórico que transformó el tradicional Traslado de la imagen peregrina de la Virgen y potenció el fervor popular en torno a esta festividad.

En aquel tiempo, Valencia era escenario de frecuentes enfrentamientos callejeros entre los militantes republicanos valencianos y los carlistas y católicos. Estos grupos, radicales y intransigentes, se enfrentaban violentamente en varias ocasiones, lo que generaba un clima de tensión en la ciudad.

Durante el debate parlamentario, Azzati y el diputado carlista Feliu protagonizaron un acalorado intercambio de palabras. Feliu mencionó el Traslado de la Virgen de los Desamparados, destacando que en una ocasión la procesión tuvo que cambiar de camino debido a la presión ejercida por los republicanos.

En respuesta, Azzati afirmó de manera enfática y demagógica: «Su señoría dice que la Virgen de los Desamparados tiene la mayoría de la opinión valenciana, y yo digo que no, pues cuando llega la hora de votar, la mayoría es republicana. Los Santos y las Vírgenes pasaron de moda. Nosotros sabemos admirar a los sabios, cuando van a Valencia». Estas palabras desataron el escándalo en la Cámara y generaron la indignación de los presentes, especialmente de los carlistas y católicos.

Las repercusiones de las palabras de Azzati no se hicieron esperar. La Valencia conservadora y devota se mostró justamente indignada por el ultraje hacia su patrona. En respuesta, se organizaron protestas, se recogieron firmas y se generó un fuerte movimiento de desagravio hacia la Virgen de los Desamparados.

Como resultado de esta reacción popular, el Traslado de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados adquirió una nueva dimensión. El fervor y la devoción hacia la patrona se incrementaron significativamente, convirtiendo este acto religioso en uno de los momentos más destacados de las festividades en honor a la Virgen.

El 25 de marzo de 1911, exactamente una semana después del episodio en el Congreso, tuvo lugar un Traslado multitudinario y fervoroso de la imagen de la Virgen desde la Basílica hasta la Catedral de Valencia. Miles de valencianos participaron en este emotivo paso, demostrando su amor y veneración hacia la Virgen de los Desamparados.

A lo largo de los años, este episodio histórico ha dejado una huella profunda en la tradición valenciana. El Traslado de la Virgen de los Desamparados se ha convertido en un acto de gran intensidad y devoción, en el que los valenc

nos demuestran su amor y veneración hacia la Virgen. Cada año, miles de personas se congregan para presenciar y participar en este importante evento religioso, que simboliza la unidad y la fe de la comunidad valenciana.

El Traslado de la Virgen de los Desamparados no solo es una muestra de devoción religiosa, sino también un reflejo de la identidad cultural y el arraigo histórico de Valencia. Esta festividad ha perdurado a lo largo del tiempo, transmitiéndose de generación en generación y manteniendo vivo el recuerdo de aquel episodio que despertó el fervor popular hace más de un siglo.

El impacto de las palabras ofensivas de Félix Azzati en el debate parlamentario de 1911 ha sido trascendental en la historia de esta festividad. Si bien sus declaraciones causaron indignación en su momento, también generaron una respuesta contundente por parte de la sociedad valenciana, reafirmando su devoción hacia la Virgen de los Desamparados y fortaleciendo su compromiso con la tradición y la fe.

El Traslado de la Virgen de los Desamparados sigue siendo un acontecimiento destacado en el calendario religioso y cultural de Valencia. Atrae a fieles y visitantes de todas partes, que se unen para rendir homenaje a la patrona y participar en las celebraciones religiosas y populares que acompañan este emotivo acto.

Con el paso de los años, el Traslado de la Virgen de los Desamparados se ha consolidado como una manifestación de la identidad valenciana y un símbolo de la devoción y el amor hacia la Virgen. Es un testimonio de la fuerza de la fe y la capacidad de un episodio histórico para transformar una festividad en un evento de gran significado y trascendencia para toda una comunidad.

Félix Azzati Descalci

Félix Azzati Descalci, nacido en noviembre de 1874 en Cádiz, fue un destacado periodista y político español. Perteneciente al ámbito republicano y anticlerical, se convirtió en director del diario El Pueblo y ocupó diversos cargos como diputado a Cortes por Valencia. Se le considera el heredero político de Vicente Blasco Ibáñez, con quien tuvo una estrecha colaboración.

Azzati provenía de una familia de emigrantes italianos y se estableció en Valencia. Aunque su formación educativa fue limitada, recibió influencias artísticas y culturales de su padre, que era director de orquesta. Azzati trabajó como obrero forjador y posteriormente estudió Derecho, completando sus estudios cuando ya tenía más de cincuenta años.

Su relación con Vicente Blasco Ibáñez fue fundamental en su carrera política. Azzati sucedió a Blasco como director de El Pueblo y se convirtió en líder del partido blasquista. Bajo su liderazgo, el Partido de Unión Republicana Autonomista (PURA) se convirtió en la formación política más importante de Valencia. Fue elegido diputado por Valencia en 1908 y fue reelegido en varias ocasiones hasta 1923.

Azzati se destacó por sus campañas provocativas, tanto en la prensa como en el Parlamento. Participó en algaradas anticlericales y llegó a declarar la «guerra a Dios». Aunque enfrentó procesos judiciales por estas acciones, contaba con simpatías en Valencia, donde se le consideraba un defensor de los intereses de la ciudad. También tuvo cierto respaldo de los anarcosindicalistas, una fuerza política relevante en aquel momento.

Durante la huelga general revolucionaria de 1917, su papel es objeto de controversia, ya que algunos lo acusan de ser un agente provocador al servicio del gobierno. En 1929, debido a una enfermedad, vendió El Pueblo y falleció el 20 de junio de ese mismo año en Valencia. Se le atribuye pertenencia a la masonería, y tanto él como otros miembros de su familia fueron incluidos en las listas del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y del Comunismo creado durante la dictadura franquista.

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