Por mis cojones, noticias con humor
En este blog repasamos las fiestas más populares de España, porque si algo sabemos hacer los españoles (aparte de quejarnos del tiempo y pedir una caña bien tirada) es celebrar. Desde lanzar tomates a diestro y siniestro hasta correr delante de toros, cualquier cosa vale para hacer una buena juerga.
España es un país que no necesita demasiadas razones para celebrar una fiesta. ¿Que viene el verano? Fiesta. ¿Que hace frío? Fiesta. ¿Que ha llovido? Fiesta. Si algo sabemos hacer bien, es aprovechar cualquier excusa para montar un buen sarao. Pero claro, en un país tan diverso como el nuestro, las fiestas no son iguales en todas partes. Vamos a hacer un repaso de algunas de las más emblemáticas, esas que mezclan tradición, locura y, por supuesto, mucha diversión.
San Fermín: Donde los valientes corren y los demás miran desde el balcón
Pamplona es el escenario de una de las fiestas más conocidas del mundo: los Sanfermines. Aquí, durante una semana, los valientes (o los inconscientes, según se mire) se visten de blanco y rojo y se lanzan a correr delante de toros por las calles adoquinadas de la ciudad. ¿El objetivo? Llegar a la plaza sin ser embestido por un toro de media tonelada que corre a toda velocidad.
Pero claro, no todo es riesgo y adrenalina. Para los que prefieren ver los toros desde la barrera, literalmente, las terrazas de los bares son el refugio perfecto. Caña en mano, tapa en la otra, y a disfrutar del espectáculo. Eso sí, si decides correr, asegúrate de que no llevas zapatos nuevos, que con tanto adoquín resbaladizo, más de uno ha acabado corriendo… pero al hospital.
Un clásico de los Sanfermines: «Los toros corren rápido, pero el after del encierro corre más rápido aún.»
La Tomatina: Lanzar tomates nunca fue tan divertido (ni tan pegajoso)
Si hay una fiesta en la que la comida no se come, esa es La Tomatina de Buñol, en Valencia. Cada último miércoles de agosto, miles de personas de todo el mundo se reúnen en las calles del pueblo para lanzarse más de 150.000 kilos de tomates. Sí, has leído bien, ¡toneladas de tomates volando por el aire! Es como si todo el mundo hubiera decidido hacer una guerra de comida al estilo de una película de Hollywood, pero con más salsa de tomate y menos guion.
Lo mejor de esta fiesta es que, una vez que empieza, no hay vuelta atrás. Da igual que vayas con la mejor intención de mantenerte limpio, porque en cuanto suena el pistoletazo de salida, todos somos objetivos. Por supuesto, las cámaras de los turistas acaban tan rojas como las calles, pero oye, el recuerdo vale la pena (y la colada que tendrás que hacer después también).
Frase típica de los valientes que se lanzan a la Tomatina por primera vez: «Esto es como un gazpacho… pero sin vaso.»
Las Fallas: Donde quemar cosas es un arte y el ruido es música para los oídos
En marzo, cuando en otras partes de España todavía se escucha el eco del invierno, en Valencia ya están celebrando Las Fallas, una de las fiestas más espectaculares del país. ¿De qué va esto? Pues de plantar monumentos gigantescos de cartón piedra por toda la ciudad, para luego prenderles fuego y hacer arder Valencia por los cuatro costados. Y no solo eso, porque durante cinco días, las calles se llenan de fuegos artificiales, petardos y, por supuesto, de las clásicas mascletás, que son como conciertos de explosiones para los valencianos.
Aquí no hay espacio para el silencio. Si te molesta el ruido, mejor vete a Marte durante estos días, porque en Las Fallas, la pólvora es la reina y el ruido, la sinfonía. Eso sí, la fiesta va acompañada de paella, buñuelos de calabaza y litros y litros de horchata. Porque después de tanto fuego, hace falta algo fresquito para bajar las revoluciones.
Chiste fallero: «¿Cómo sabes que un valenciano ha disfrutado de Las Fallas? Porque todavía está buscando el sentido del silencio.»
La Feria de Abril: Todo lo que Sevilla puede ofrecer, pero en una caseta con rebujito
Cuando uno piensa en Sevilla, automáticamente se imagina la Feria de Abril, esa semana en la que la ciudad se convierte en una mezcla de luces, farolillos y música de sevillanas. Pero no todo es mirar, ¡aquí se viene a bailar! En las casetas, montadas como si fueran pequeños palacios temporales, se canta, se baila y, sobre todo, se bebe. ¿El protagonista? El rebujito, esa mezcla de manzanilla y refresco que parece inofensiva hasta que te das cuenta de que llevas tres vasos y ya estás organizando una corrida de toros improvisada con tus amigos.
La Feria es para todos los gustos: desde los que se plantan el traje de flamenca o el de corto para pasear por el Real, hasta los que prefieren sentarse tranquilamente a mirar el espectáculo mientras se zampan un plato de jamón ibérico. Y si hay algo que no puede faltar es la buena compañía. En la Feria de Abril, hasta el más tímido acaba haciendo palmas al ritmo de una buena sevillana.
Frase que escucharás sí o sí: «¡Este año solo me tomaré un rebujito…! Bueno, o dos, por no desperdiciar el buen tiempo.»
El Carnaval de Tenerife: Más plumas, lentejuelas y desfiles que en el armario de Lady Gaga
Si hay un carnaval en el que lo único que necesitas es buena energía y ganas de disfrazarte, ese es el Carnaval de Tenerife. Aquí no se andan con rodeos: cuanto más colorido, brillante y exagerado sea tu disfraz, mejor. Durante casi un mes, las calles de la isla se llenan de desfiles que harían sonrojar a los de Río de Janeiro, con bailarines, músicos y carrozas que convierten la fiesta en un espectáculo visual único.
La elección de la Reina del Carnaval es uno de los momentos más esperados, con trajes que pesan tanto como una vaca, pero que lucen como si estuvieran hechos por dioses del diseño. Además, no es solo la música y el baile lo que destaca. El humor y la sátira están a la orden del día, con comparsas y grupos que se dedican a hacer reír al público con parodias de la política, la sociedad y todo lo que se ponga por delante.
Chiste carnavalero: «¿Cómo sabes que es Carnaval en Tenerife? Porque hasta el vecino del quinto ha salido disfrazado… ¡y no se le veía tan contento desde la última hipoteca!»
La Fiesta del Pilar: Zaragoza en modo juerga, con jotas y cabezudos
La Fiesta del Pilar en Zaragoza es una de esas celebraciones donde se mezcla lo tradicional con la pura diversión. La ciudad aragonesa se viste de gala para honrar a la Virgen del Pilar, su patrona, con un calendario repleto de actividades que van desde desfiles de gigantes y cabezudos, hasta conciertos y, por supuesto, las clásicas jotas aragonesas.
Aquí no faltan las flores ni el buen vino, y por supuesto, los fuegos artificiales que iluminan la noche del Ebro. Las calles se llenan de música, y las plazas se convierten en improvisados escenarios donde los zaragozanos muestran su mejor cara. Y es que, cuando se trata de celebrar el Pilar, no hay excusas para quedarse en casa.
Tópico aragonés: «Si le dices a un maño que no es capaz de montar una fiesta de la Virgen, te montará tres seguidas, solo para dejar claro que siempre hay margen para más juerga.»
Y con esto cerramos nuestro recorrido por las fiestas más emblemáticas de España. Desde el norte hasta el sur, pasando por las islas, cada región tiene su propia manera de entender la celebración, pero todas coinciden en algo: ¡cuando se trata de fiesta, no hay quien nos gane! Si alguna vez te encuentras en medio de una de estas celebraciones, ya sabes qué esperar: risas, música, comida, bebida… y quizá alguna que otra resaca.
¿Cuál es tu fiesta favorita? ¿Te atreverías a correr delante de los toros o prefieres quedarte lanzando tomates? ¡Cuéntanos tus experiencias o a qué fiesta te gustaría ir! ¡Nos encantará leerte!