El recuerdo de la beata Inés (Benigánim, 1625-1696) impregna cada uno de los rincones de esta localidad valenciana de la que no salió en toda su vida. Cada uno de sus habitantes tiene alguna vivencia que contar relacionada con la ‘niña’ como familiarmente la llamaban las Agustinas Descalzas en el monasterio de la Purísima del pueblo que la vio nacer y donde pasó prácticamente toda su vida.
A poco que uno pregunta entre las gentes que se citan en la plaza rotulada en honor de la beata , los testimonios de fe surgen de la misma manera que aquel naranjo que la beata plantó del revés y que, sin embargo, creció de la forma correcta y aún hoy da hermosas naranjas.
Conocida como la casa Tudela, perteneció y vivió en ella el alcalde y juez ordinario del municipio Bartolomé Tudela, que acogió a una adolescente, Josefa Teresa Almiñana, futura beata Inés, junto con su hermana al quedar estas huérfanas de padre. Residencia del baile Bartolomé Tudela, hoy Casa de la Cultura. Destaca por su arquitectura tradicional pero especialmente por haber vivido allí la Beata Inés en su juventud, conservando la casa vestigios del paso de la santa.
El edificio fue testimonio de la infancia de la niña Inés y de episodios traumáticos como el que recoge la tradición de que un criado de la casa intentó abusar de la joven Inés,y que huyó por una pequeña ventana.
En el huerto, a espaldas de la casa, convertido hoy en parque municipal, se conserva el naranjo que la beata plantó del revés , que con más de 350 años está inscrito en el Catálogo de árboles monumentales de la Comunitat Valenciana.
El naranjo de la Beata Inés hoy está catalogado como uno de los árboles monumentales de la Comunitat. Dice la tradición que fue plantado del revés por la Beata en su juventud pero creció con toda normalidad.
PLANTA UN ESQUEJE DE NARANJO EN FLOR
Su tío don Bartolomé Tudela, baile de la población, la tenía como criada en su casa. Trabajaba a menudo en el huerto de la casa, dedicada al cultivo de flores y frutas, y en estos trabajos se dice que se le aparecía el Niño Jesús y conversaba familiarmente con él. También trabajó intensamente como lavandera. Una anécdota dice que se propuso plantar un naranjo y, como era una muchacha inculta y sin formación, lo hizo al revés, poniendo las raíces hacia arriba. Eso causó gran carcajada entre los entendidos del lugar, pero quedaron estupefactos cuando, al tiempo, el naranjo floreció por sus raíces.
Ella ha visto en el huerto de su tío hermosos frutales que dan flor y frutos a placer; falta el azahar tan característico de Valencia, para completar la belleza de aquel jardín con la flor simbólica de los niños de primera Comunión y de las jóvenes en el día de su boda. Quiere enriquecer el huerto con un naranjo que crezca a la sombra del campanario de Benigànim, como los naranjos perfumados de Valencia a la sombra del Miguelete. Coge una ramita de naranjo en flor y la planta por las hojas. La ramita de azahar siente que la vida corre por su tallo y el naranjo mostró su lozanía ante la vista estupefacta de los científicos. Allí, en el huerto de los Tudela, os peregrinos de Benigànim puedenver el naranjo .
Esta casa de propiedad municipal y elemento fundamental de la ya existente “Ruta de la Beata”, cuyo recorrido acoge aquellos lugares por donde transcurrió la vida de esta religiosa y que han perdurado a través de los años, albergará la recreación histórica de algunas estancias, sala de exposiciones y una retrospectiva de personajes ilustres que han trascendido dejando un importante legado religioso, cultural y artístico durante los siglos del XVII al XIX en Benigánim.
Ruta por los lugares vinculados a la beata Inés
Con motivo de la celebración de la fiesta de la beata Inés, este año se han organizado dos rutas especiales, este sábado, 19 de enero, para niños, y el domingo, 20 de enero, para público en general, que recorren los lugares más significativos vinculados a la vida y obra de la beata Inés.
El recorrido tiene paradas en la “Capilla de la Beata”, en el lugar donde nació; la iglesia del Cristo de la Sangre, su primer lugar de oración, donde recibió el Bautismo y la Confirmación; la actual Casa de la Cultura, que fue residencia del tío de la Beata, “donde vivió ella tras morir su padre, y donde puede verse el lavadero donde se le apareció Jesús revelándole su vocación religiosa”, según han explicado los organizadores de la iniciativa.
Además, la ruta incluye el naranjo, de unos 350 años, situado en el parque Beata Inés, “que plantó del revés y creció con normalidad”, y el huerto del monasterio regido por las Agustinas Descalzas, del siglo XVI, donde la beata vivió 52 años como religiosa, con el nombre de Josefa María de Santa Inés, hasta su muerte a los 71 años en 1696. Allí “tuvieron lugar las apariciones y revelaciones místicas y la mayoría de los momentos de su biografía” y en la iglesia está su sepulcro, con una imagen y una reliquia suya, así como la imagen procesional.
La ruta, que finaliza en la ´Casa de Recuerdos Beata Inés de Benigànim` dentro del huerto conventual, se recupera tras cinco años sin realizarse y ha sido organizada por la comisión de festeros de la Hermandad Inesina, que organiza los actos en honor a la beata, en colaboración con el Ayuntamiento y la comunidad de Agustinas Descalzas.