Un reciente estudio ha causado revuelo al afirmar que, en ciertas condiciones, la cerveza podría ofrecer más beneficios que el agua. Sí, has leído bien: esa cerveza que acompaña tus tapas podría hidratarte mejor que el agua después de hacer deporte. Pero, como siempre, con moderación… no vayas a intentar hacer maratones con una jarra en mano.
Investigadores del Instituto de Economía Laboral (IZA) de la Universidad de Bonn han afirmado que, gracias a su proceso de elaboración, la cerveza, en cantidades moderadas, puede ser más segura que el agua en algunas circunstancias. Resulta que el proceso de hervir el agua para hacer cerveza elimina patógenos y que el alcohol tiene propiedades antisépticas. Vamos, una bebida que combate los gérmenes… ¡y la sed!
Cerveza post-ejercicio: ¿El nuevo Gatorade?
Este dato no viene solo. En el Simposio Europeo en Cerveza y Salud, celebrado en Bruselas, otro estudio destacó que beber una cerveza moderada tras hacer ejercicio podría rehidratarte mejor que el agua gracias a los electrolitos y carbohidratos que contiene. Y es que, según los expertos, la cerveza no solo quita la sed, también podría ser un aliado para recuperar energía después de sudar en el gimnasio. Pero cuidado: hablamos de una cerveza… no de la clásica ronda entre amigos.
Beneficios de la cerveza: ¿Y el agua qué?
El estudio sugiere que la cerveza puede mejorar la función renal, aumentar el colesterol bueno (HDL) y tiene un montón de vitaminas del grupo B. En comparación, el agua, aunque esencial para la vida, no puede competir en cuanto a nutrientes. Pero, ojo, que no cunda el pánico: aunque la cerveza pueda parecer el nuevo elixir de la vida, el agua sigue siendo el pilar fundamental de la hidratación.
Reflexión final: La clave es la moderación
Lo importante aquí es el mensaje que todo buen bebedor debe tatuarse: moderación. Porque claro, estos estudios se centran en un consumo moderado, que significa una cerveza al día para las mujeres y dos para los hombres. Pasarse de la raya puede traer consecuencias mucho más serias, como problemas hepáticos y cardiovasculares.
Y tú, querido lector, ¿te apuntas a un brindis post-gimnasio o prefieres seguir con tu botella de agua? ¡Cuéntanos qué opinas de este estudio y si te animas a cambiar tu rutina de hidratación!