La aduana de Valencia en 1845

febrero 10, 2021
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VALENCIA OCULTA |Reza la revista Fenix en Octubre de 1845 .Junto á la puerta llamada del Mar, y al frente del hermoso paseo de la Glorieta se levanta un edificio de elegante y suntuosa arquitectura, coronado con la magnífica estatua del gran rey Carlos III. Esta lujosa obra se destinó desde su construcción para servir de aduana, pero en ella estuvieron colocadas durante muchos años todas las dependencias y oficinas de administración del estado, habitando además sus respectivos jefes en cómodas y espaciosas habitaciones.


La antigua aduana ocupaba una pequeña plazuela mas larga que ancha, que había junto á la puerta del Mar enfrente de la ciudadela, llamada antes casa de las Armas. En aquella plazuela vivían los canónigos Zapata y Carróz; y á espaldas de estas casas había una que servía de horno á los religiosos trinitarios, y al estreno de ellas existía un callejón sin salida, llamado de la Такса, en el cual solo á una parte había casas inhabitadas por su lobreguez. Derribárnosle estas casucas, y de la aduana antigua solo queda pegado á la muralla algún trozo, que servía de almacén de fortificación. El intendente, que lo era entonces D. José de Aviles, elevó á S. M. el plan de la nueva aduana, y aprobado en Madrid se dio principio á la obra en 17 de Abril de 1758 , bajo la dirección de Felipe
Rubio, albañil, y Tomás Minér, cantero, naturales y vecinos de Valencia. La longitud de esta obra regia es de doscientos ochenta y tres palmos: su latitud de doscientos doce, y de cien palmos valencianos su elevación. El escudo de las armas reales que se ostentan en la fachada principal es de veinticuatro palmos valencianos, contados desde el toisón hasta la cruz de la corona. La magnífica estatua del señor rey D. Carlos III tiene diez y siete palmos de altura, ocho de latitud y seis de grueso; á su mano derecha está colocada una estatua que representa la justicia, y á la izquierda otra que manifiesta la prudencia. La piedra de las estatuas y del escudo es de la cantera de Barcheta, cerca de Játiva. El peso de la que se cortó para la estatua del rey se calculó en dos mil arrobas, y para su condición se desbastó y bosquejó en la misma cantera, quitándola como unas ochocientas arrobas de su mole: y de este modo pudo conducirse a Valencia en un carro hecho cotí este objeto tirado ¡lor veinte pares dé muías. Descargóse junto á la misma aduana, donde se armó el taller y se puso en perfección por D. Ignacio Vergara, valenciano y de la academia de san Carlos. Pagáronle ochocientos pesos por la estatua del rey ; mil por las de las virtudes, y cuatrocientos por el escudo de las armas reales.


Hoy sirve este suntuoso edificio para fábrica de cigarros. Destinado como queda dicho para fábrica de cigarros , no hace mucho que fue teatro de una horrorosa catástrofe , que el pueblo de Valencia contempló lleno de terror, y cuyas circunstancias son bien conocidas. Asegúrase, sin embargo, que la aduana volverá á su primitivo estado, trasladándose la fábrica de cigarros al gran monasterio de San Miguel de los Reyes: pensamiento que no podemos dejar de aplaudir ; pues en este caso se trasladará a audiencia al lujoso edificio del Temple. A propósito de esta traslación no podemos menos de recordar la necesidad de conservar la casa que antes se llamó de la Diputación, y ahora ocupa la audiencia. Su mérito artístico sus magnificas pinturas al fresco, obra de Cariñena y de Peralta, y sobre todo sus recuerdos históricos, deben impulsar á todos los apasionados por las artes el deseo de conservar este y otros monumentos de nuestra antigua grandeza valenciana. Las columnas de nuestro Fenix contienen extensas descripciones de algunos de ellos, y seria sensible que muchos, ó se perdieran completamente ó se vendieran por mezquino precio, en una época en que el gusto ha inspirado á los gobiernos de todas las naciones cultas el deseo no solo de conservar los antiguos monumentos j sino de repararlos también, dando con esto una insigne prueba de civilización y de verdadero progreso. Valencia entre las capitales de la monarquía española encierra en su territorio muchos edificios, cuyo mérito artístico es la admiración de los inteligentes ; y si la mano de la destrucción ha derrumbado ya gran número de estos preciosos restos, tiempo es ya también de salvar los pocos que nos restan, siquiera por respeto á la gloria de nuestros mayores.

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