Manuscrito Convento de la Puridad Valencia 1750 regalos de navidad Casca dulce chocolate siglo XVIII

febrero 16, 2021
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Curioso y raro manuscrito sobre la historia de la ciudad de Valencia, en concreto sobre los regalos y presentes que se realizaban en navidad, esta cuartilla compuesta por una 1 hoja de tamaño a5, indica en el anverso, los regalos que recibe un noble valenciano en la navidad de 1750, por parte de las monjas del antiguo Convento de la Puridad situado entre la plaza del Tosal y la calle Palomar de Valencia. La importancia de este documento ha sido muy valorado en el extranjero y sale referenciado en el libro inglés Literature and Food Studies de la Universidad de San Francisco.

Aparece en primer lugar los regalos de la Abadesa la Hermana Luisa Inglés, que entrega a la familia 6 cascas, calabazate y rosquillas. La casca valenciana, no tiene nada que ver con el roscón de reyes, más aún hasta principios del siglo XIX, este dulce morisco valenciano era el más importante y esperado por la familia. La casca se parece bastante al mazapán, pero con mucho menos azucar. y aunque este dulce de normal no tenía figuritas si se atestigua en este documento la ironía de las tierras valencianas, como se observa en la imagen en el lado de la derecha en una de las cascas de la abadesa mandó poner encima de ella «Vitor la Purísima y el Pare Simó». El pare Simó, fue un sacerdote valenciano, que tuvo dividida la sociedad valenciana, para conseguir su beatificación, el mismo rey de España tuvo que intervenir ante la eforia de muchos exaltados y devotos del sacerdote valenciano.

Siguiendo el texto, se menciona otras religiosas del convento, entre ellas la hermana del mismo noble, Pepa, ahora Sor Tiburcia, también entrego a su familiar cascas y rosquilletas, aparece la curiosa referencia a las chucherias, que serían dulces realizados con azucar, o hasta las mismas chufas consideradas golosinas.

Tras los regalos recibidos, el noble indica los regalos entregados y denota el buen estado económico de la casa, por un lado a la abadesa le entrega 2 gallinas y a partir de ella aparece hasta 8 religiosas que reciben chocolate. Sin duda un regalo excesívamente caro, que solo podía consumir una clase selecta de la sociedad española. En anotaciones parecidas de la época, se han encontrado pagos realizados a pintores valencianos, hechos con barras de chocolate, un producto muy caro que la gran mayoría de la población española nunca probó.

Además de las cantidades de chocolate, aparece regalos de pañuelos de seda, gallinas, dulces, etc.. en esta lista de regalos aparecen también citadas las monjas capuchinas, las de la Zaidia, las de Benisanó, etc…

Al final se mencionan los regalos recibidos por los labradores, posiblemente de tierras que tenían arrendadas, la mayoría de esos regalos son capones o gallinas, al final aparece cantidades de Avellanas, castañas y bellotas, imprescindible en muchos dulces de la época.

El documento es muy raro porque no se encuentra en el mercado de manuscritos un documento con dicha referencia. 

Pero la importancia del documento no solo es en el anverso, el reverso indica la matanza del cerdo, fechado el 3 de enero de 1751, la tradición valenciana siempre ha sido desde el 1 de enero hasta el 17 del mismo mes, el dia de San Antonio, en esos días se solía realizar la matanza del cerdo.

Como sucedía con los regalos, la compra de un cerdo y su matanza era tambien una cosa de muy pocos, mientras la mayoría de la población se conformaba con mollejas, trozos de tocino, o los restos menos apatitosos de pollos, gallinas, cerdos y corderos, en la casa de un noble.

Por un lado indica el precio del cerdo, que por cierto era de la localidad valenciana de Almàssera, este valía 24 libras, posteriormente se menciona la compra de cebollas, el coste del pilón y la piedra, así como el matarife, las adobadoras que debían preparar la carne para su conserva, o la compra de especies para condimentar la carne.

Un documento curioso sobre la historia y la vida cotidiana de la Valencia de mitad del siglo XVIII. Siguiendo la Ley de Patrimonio de 1985, dicho documento ha sido ofrecido a instituciones públicas valencianas antes de realizar su venta al público.

Manuscrito Convento de la Puridad Valencia 1750 regalos de navidad Casca dulce chocolate siglo XVIII

Curioso y raro manuscrito sobre la historia de la ciudad de Valencia, en concreto sobre los regalos y presentes que se realizaban en navidad, esta cuartilla compuesta por una 1 hoja de tamaño a5, indica en el anverso, los regalos que recibe un noble valenciano en la navidad de 1750, por parte de las monjas del antiguo Convento de la Puridad situado entre la plaza del Tosal y la calle Palomar de Valencia. La importancia de este documento ha sido muy valorado en el extranjero y sale referenciado en el libro inglés Literature and Food Studies de la Universidad de San Francisco.

Aparece en primer lugar los regalos de la Abadesa la Hermana Luisa Inglés, que entrega a la familia 6 cascas, calabazate y rosquillas. La casca valenciana, no tiene nada que ver con el roscón de reyes, más aún hasta principios del siglo XIX, este dulce morisco valenciano era el más importante y esperado por la familia. La casca se parece bastante al mazapán, pero con mucho menos azucar. y aunque este dulce de normal no tenía figuritas si se atestigua en este documento la ironía de las tierras valencianas, como se observa en la imagen en el lado de la derecha en una de las cascas de la abadesa mandó poner encima de ella «Vitor la Purísima y el Pare Simó». El pare Simó, fue un sacerdote valenciano, que tuvo dividida la sociedad valenciana, para conseguir su beatificación, el mismo rey de España tuvo que intervenir ante la eforia de muchos exaltados y devotos del sacerdote valenciano.

Siguiendo el texto, se menciona otras religiosas del convento, entre ellas la hermana del mismo noble, Pepa, ahora Sor Tiburcia, también entrego a su familiar cascas y rosquilletas, aparece la curiosa referencia a las chucherias, que serían dulces realizados con azucar, o hasta las mismas chufas consideradas golosinas.

Tras los regalos recibidos, el noble indica los regalos entregados y denota el buen estado económico de la casa, por un lado a la abadesa le entrega 2 gallinas y a partir de ella aparece hasta 8 religiosas que reciben chocolate. Sin duda un regalo excesívamente caro, que solo podía consumir una clase selecta de la sociedad española. En anotaciones parecidas de la época, se han encontrado pagos realizados a pintores valencianos, hechos con barras de chocolate, un producto muy caro que la gran mayoría de la población española nunca probó.

Además de las cantidades de chocolate, aparece regalos de pañuelos de seda, gallinas, dulces, etc.. en esta lista de regalos aparecen también citadas las monjas capuchinas, las de la Zaidia, las de Benisanó, etc…

Al final se mencionan los regalos recibidos por los labradores, posiblemente de tierras que tenían arrendadas, la mayoría de esos regalos son capones o gallinas, al final aparece cantidades de Avellanas, castañas y bellotas, imprescindible en muchos dulces de la época.

El documento es muy raro porque no se encuentra en el mercado de manuscritos un documento con dicha referencia. 

Pero la importancia del documento no solo es en el anverso, el reverso indica la matanza del cerdo, fechado el 3 de enero de 1751, la tradición valenciana siempre ha sido desde el 1 de enero hasta el 17 del mismo mes, el dia de San Antonio, en esos días se solía realizar la matanza del cerdo.

Como sucedía con los regalos, la compra de un cerdo y su matanza era tambien una cosa de muy pocos, mientras la mayoría de la población se conformaba con mollejas, trozos de tocino, o los restos menos apatitosos de pollos, gallinas, cerdos y corderos, en la casa de un noble.

Por un lado indica el precio del cerdo, que por cierto era de la localidad valenciana de Almàssera, este valía 24 libras, posteriormente se menciona la compra de cebollas, el coste del pilón y la piedra, así como el matarife, las adobadoras que debían preparar la carne para su conserva, o la compra de especies para condimentar la carne.

Un documento curioso sobre la historia y la vida cotidiana de la Valencia de mitad del siglo XVIII. Siguiendo la Ley de Patrimonio de 1985, dicho documento ha sido ofrecido a instituciones públicas valencianas antes de realizar su venta al público.

Manuscrito Convento de la Puridad Valencia 1750 regalos de navidad Casca dulce chocolate siglo XVIII

Curioso y raro manuscrito sobre la historia de la ciudad de Valencia, en concreto sobre los regalos y presentes que se realizaban en navidad, esta cuartilla compuesta por una 1 hoja de tamaño a5, indica en el anverso, los regalos que recibe un noble valenciano en la navidad de 1750, por parte de las monjas del antiguo Convento de la Puridad situado entre la plaza del Tosal y la calle Palomar de Valencia. La importancia de este documento ha sido muy valorado en el extranjero y sale referenciado en el libro inglés Literature and Food Studies de la Universidad de San Francisco.

Aparece en primer lugar los regalos de la Abadesa la Hermana Luisa Inglés, que entrega a la familia 6 cascas, calabazate y rosquillas. La casca valenciana, no tiene nada que ver con el roscón de reyes, más aún hasta principios del siglo XIX, este dulce morisco valenciano era el más importante y esperado por la familia. La casca se parece bastante al mazapán, pero con mucho menos azucar. y aunque este dulce de normal no tenía figuritas si se atestigua en este documento la ironía de las tierras valencianas, como se observa en la imagen en el lado de la derecha en una de las cascas de la abadesa mandó poner encima de ella «Vitor la Purísima y el Pare Simó». El pare Simó, fue un sacerdote valenciano, que tuvo dividida la sociedad valenciana, para conseguir su beatificación, el mismo rey de España tuvo que intervenir ante la eforia de muchos exaltados y devotos del sacerdote valenciano.

Siguiendo el texto, se menciona otras religiosas del convento, entre ellas la hermana del mismo noble, Pepa, ahora Sor Tiburcia, también entrego a su familiar cascas y rosquilletas, aparece la curiosa referencia a las chucherias, que serían dulces realizados con azucar, o hasta las mismas chufas consideradas golosinas.

Tras los regalos recibidos, el noble indica los regalos entregados y denota el buen estado económico de la casa, por un lado a la abadesa le entrega 2 gallinas y a partir de ella aparece hasta 8 religiosas que reciben chocolate. Sin duda un regalo excesívamente caro, que solo podía consumir una clase selecta de la sociedad española. En anotaciones parecidas de la época, se han encontrado pagos realizados a pintores valencianos, hechos con barras de chocolate, un producto muy caro que la gran mayoría de la población española nunca probó.

Además de las cantidades de chocolate, aparece regalos de pañuelos de seda, gallinas, dulces, etc.. en esta lista de regalos aparecen también citadas las monjas capuchinas, las de la Zaidia, las de Benisanó, etc…

Al final se mencionan los regalos recibidos por los labradores, posiblemente de tierras que tenían arrendadas, la mayoría de esos regalos son capones o gallinas, al final aparece cantidades de Avellanas, castañas y bellotas, imprescindible en muchos dulces de la época.

El documento es muy raro porque no se encuentra en el mercado de manuscritos un documento con dicha referencia. 

Pero la importancia del documento no solo es en el anverso, el reverso indica la matanza del cerdo, fechado el 3 de enero de 1751, la tradición valenciana siempre ha sido desde el 1 de enero hasta el 17 del mismo mes, el dia de San Antonio, en esos días se solía realizar la matanza del cerdo.

Como sucedía con los regalos, la compra de un cerdo y su matanza era tambien una cosa de muy pocos, mientras la mayoría de la población se conformaba con mollejas, trozos de tocino, o los restos menos apatitosos de pollos, gallinas, cerdos y corderos, en la casa de un noble.

Por un lado indica el precio del cerdo, que por cierto era de la localidad valenciana de Almàssera, este valía 24 libras, posteriormente se menciona la compra de cebollas, el coste del pilón y la piedra, así como el matarife, las adobadoras que debían preparar la carne para su conserva, o la compra de especies para condimentar la carne.

Un documento curioso sobre la historia y la vida cotidiana de la Valencia de mitad del siglo XVIII. Siguiendo la Ley de Patrimonio de 1985, dicho documento ha sido ofrecido a instituciones públicas valencianas antes de realizar su venta al público.

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Curioso y raro manuscrito sobre la historia de la ciudad de Valencia, en concreto sobre los regalos y presentes que se realizaban en navidad, esta cuartilla compuesta por una 1 hoja de tamaño a5, indica en el anverso, los regalos que recibe un noble valenciano en la navidad de 1750, por parte de las monjas del antiguo Convento de la Puridad situado entre la plaza del Tosal y la calle Palomar de Valencia. La importancia de este documento ha sido muy valorado en el extranjero y sale referenciado en el libro inglés Literature and Food Studies de la Universidad de San Francisco.

Aparece en primer lugar los regalos de la Abadesa la Hermana Luisa Inglés, que entrega a la familia 6 cascas, calabazate y rosquillas. La casca valenciana, no tiene nada que ver con el roscón de reyes, más aún hasta principios del siglo XIX, este dulce morisco valenciano era el más importante y esperado por la familia. La casca se parece bastante al mazapán, pero con mucho menos azucar. y aunque este dulce de normal no tenía figuritas si se atestigua en este documento la ironía de las tierras valencianas, como se observa en la imagen en el lado de la derecha en una de las cascas de la abadesa mandó poner encima de ella «Vitor la Purísima y el Pare Simó». El pare Simó, fue un sacerdote valenciano, que tuvo dividida la sociedad valenciana, para conseguir su beatificación, el mismo rey de España tuvo que intervenir ante la eforia de muchos exaltados y devotos del sacerdote valenciano.

Siguiendo el texto, se menciona otras religiosas del convento, entre ellas la hermana del mismo noble, Pepa, ahora Sor Tiburcia, también entrego a su familiar cascas y rosquilletas, aparece la curiosa referencia a las chucherias, que serían dulces realizados con azucar, o hasta las mismas chufas consideradas golosinas.

Tras los regalos recibidos, el noble indica los regalos entregados y denota el buen estado económico de la casa, por un lado a la abadesa le entrega 2 gallinas y a partir de ella aparece hasta 8 religiosas que reciben chocolate. Sin duda un regalo excesívamente caro, que solo podía consumir una clase selecta de la sociedad española. En anotaciones parecidas de la época, se han encontrado pagos realizados a pintores valencianos, hechos con barras de chocolate, un producto muy caro que la gran mayoría de la población española nunca probó.

Además de las cantidades de chocolate, aparece regalos de pañuelos de seda, gallinas, dulces, etc.. en esta lista de regalos aparecen también citadas las monjas capuchinas, las de la Zaidia, las de Benisanó, etc…

Al final se mencionan los regalos recibidos por los labradores, posiblemente de tierras que tenían arrendadas, la mayoría de esos regalos son capones o gallinas, al final aparece cantidades de Avellanas, castañas y bellotas, imprescindible en muchos dulces de la época.

El documento es muy raro porque no se encuentra en el mercado de manuscritos un documento con dicha referencia. 

Pero la importancia del documento no solo es en el anverso, el reverso indica la matanza del cerdo, fechado el 3 de enero de 1751, la tradición valenciana siempre ha sido desde el 1 de enero hasta el 17 del mismo mes, el dia de San Antonio, en esos días se solía realizar la matanza del cerdo.

Como sucedía con los regalos, la compra de un cerdo y su matanza era tambien una cosa de muy pocos, mientras la mayoría de la población se conformaba con mollejas, trozos de tocino, o los restos menos apatitosos de pollos, gallinas, cerdos y corderos, en la casa de un noble.

Por un lado indica el precio del cerdo, que por cierto era de la localidad valenciana de Almàssera, este valía 24 libras, posteriormente se menciona la compra de cebollas, el coste del pilón y la piedra, así como el matarife, las adobadoras que debían preparar la carne para su conserva, o la compra de especies para condimentar la carne.

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