El día de Santa Teresa de 1879 (noviembre) la Vega Baja sufría uno de los peores azotes en lluvias que la comarca alicantina de la Vega Baja conocía, la riada del día de Santa Teresa de 1879, dejó más de 1.000 muertos entre Murcia y la Vega Baja.
Las cifras totales de la catástrofe fueron impresionantes: centenares de muertos y miles de familias que lo perdieron todo.
Cuando el afluente volcó su caudal en un Segura ya muy crecido, formaron un mortífero frente de agua y lodo que se fue abriendo paso buscando el mar; una ola destructiva que arrasó la vega, de Murcia a Guardamar. A la capital llegó sobre las dos de la madrugada superando ampliamente la protección del Malecón.
Inundada la fábrica del gas, Murcia quedó completamente a oscuras. El agua corrió libremente por sus calles desatando un infierno iluminado tan sólo por antorchas.
Las campanas de la Catedral tocaron a rebato seguidas por las de todas las parroquias y conventos, mientras el hospital y la cárcel quedaban sepultados por el agua.
En Orihuela y su huerta los daños materiales fueron también incalculables. La tremenda riada alcanzó alturas históricas, marcando el agua casi cuatro metros en la Corredera.
Pero las trágicas noticias de lo ocurrido en el día anterior evitaron las desgracias personales. Cuando la crecida llegó a Orihuela, su población se había puesto a salvo buscando las zonas altas.
En la huerta, las alarmas se transmitieron a través de cuernos y caracolas. Anegadas las acequias y desbordado el Reguerón, el agua derribó las barracas borrando huertos y caminos. En pocas horas, la Vega del Segura quedó sepultada por el lodo.
Según la Agencia Estatal de Meteorología en un hilo de Twitter en el que repasó el historial de lluvias en la comarca más meridional de la Comunitat Valenciana. De la riada de 1879 hay registros que apuntan que el agua llegó hasta los 3,8 metros en Orihuela, e incluso inspiró un óleo de Muñoz Degrain denominado ‘Episodio de la inundación de Murcia’, de los fondos del Museo del Prado y que se expone en el Museo de Zaragoza.
La Ilustración popular económica de Valencia de enero de 1880 les recordaba de esta forma
La Riada de Santa Teresa tuvo lugar el 15 de octubre de 1879 en la cuenca del río Segura, la que hasta la fecha cuenta con los registros más altos de caudal en las ciudades de Murcia y Orihuela.
Las precipitaciones fueron muy copiosas en Murcia, Almería y Alicante. Se estima que en la cabecera del Guadalentín llegaron a caer 600 mm en tan solo una hora,1 intensidad rara vez alcanzada en un episodio torrencial. Este río alcanzó un caudal en Lorca de 1.450 m³/s, desbordándose y causando grandes daños en toda su cuenca. También los ríos Mundo, Alhárabe, Argos, Quípar y Mula tuvieron fuertes crecidas. Así, se originó una enorme riada que llegó a los 1.890 m³/s en la capital murciana y que se estima superó los 2.000 m³/s en Orihuela.
La ciudad de Murcia se vio totalmente anegada por el Segura que, tras inundar numerosas pedanías al norte y al oeste del casco urbano, superó el Malecón e irrumpió en el centro, llegando a subir el río 10,50 metros frente al Palacio del Almudí. En Orihuela, tras su confluencia con el Guadalentín (Reguerón), el Segura alcanzaba también alturas históricas y llegó en algunas calles a 3,80 metros, alcanzando los primeros pisos,
La inundación arrasó el Valle del Guadalentín, y toda la Vega del Segura, con cuantiosas pérdidas humanas y materiales. Las cifras de la catástrofe fueron impresionantes con más de 1.000 muertos: 761 en Murcia, 300 en Orihuela,4 13 en Lorca, en Librilla y en Cieza. Además fueron destruidas 5.762 viviendas y barracas en Murcia y Lorca y 22.469 animales perecieron por el desastre.
Tras el desastre varias personas y empresas se dedicaron a realizar recolectas benéficas para los damnificados, como fue la organizada por la prensa murciana que recogió dinero de toda España hasta 1884. Destaca a su vez la figura de José María Muñoz, un acaudalado cacereño que donó 500.000 pesetas a la Región de Murcia y 2.000.000 de reales a la ciudad de Orihuela.
En el mes de marzo de 1881 salió de Barcelona sor Piedad de la Cruz con tres postulantes. Llegaron a la Huerta de Murcia, con el beneplácito del obispado de Cartagena, con la intención de fundar una familia religiosa dedicada a la atención de los muchos pobres, enfermos y huérfanos que causó la riada.
La tragedia fue descrita al detalle por un gran número de diarios a nivel nacional, destacando especialmente la campaña emprendida por “el Diario de Murcia”. Gracias a una carta abierta, el citado diario murciano consiguió también que Alfonso XII se desplazase a las zonas afectadas.
El 18 de octubre “El Imparcial” envió un corresponsal a Murcia para sensibilizar a la sociedad española con el fin de recaudar fondos. Otros diarios como “El Globo”, “La Correspondencia” y “El Liberal” hicieron lo mismo, mientras que “La Ilustración Española y Americana” hizo un amplio reportaje gráfico para posteriormente realizar una serie de grabados que vieron la luz el 30 de septiembre. Además, “La Gaceta” abrió suscripciones para que todos los municipios españoles contribuyesen, y el 31 de octubre se creó la Junta Central de Socorros formada por periodistas murcianos y corresponsales.
La prensa española se hizo eco de la visita de Alfonso XII y comenzaron las donaciones desde todas las partes del mundo. En más de 30 países se realizaron actos benéficos y se recibieron donativos hasta después de 5 años, destacando la ayuda prestada por personajes insignes de la época como la desterrada reina Isabel II o el papa León XIII.
En Orihuela Alfonso XII recorrió sus enlodadas calles y rezó ante la imagen de la Patrona, a la que prometió una corona de oro. En aquella visita se retituló la Plaza del Salvador con su nombre: Plaza de Alfonso XII.
Entre estas donaciones cabría destacar la realizada por el acaudalado José María Muñoz, que donó 500.000 pesetas a Murcia y 2.000.000 de reales a la ciudad de Orihuela, pudiéndose ver actualmente estatuas en su honor al final del Malecón en Murcia, en la plaza de Monserrate de Orihuela y en la plaza de la Constitución en Cuevas de Almanzora.
Sin embargo, de entre todos los actos de solidaridad que surgieron tras la trágica riada, el que más resonancia tuvo fue sin duda el proveniente de Francia con la publicación del periódico ilustrado “Paris-Murcie”. Se trataba de un número único editado para recaudar fondos para la catástrofe, contando entre sus 24 páginas con poesías y artículos de célebres escritores de la talla de Alejandro Dumas, Emilie Zola y Víctor Hugo. Edouard Lebey, director de la agencia francesa Havas, fue el promotor de dicha iniciativa por su sensibilización con tragedias de este tipo como la que sufrió el norte de Francia poco tiempo atrás.
El 14 de diciembre fue publicada “París-Murcie”, celebrándose una fiesta en el Hipódromo de París para la ocasión y llegando a venderse unos 300.000 ejemplares al precio de un franco. Destacan en esta publicación el impactante grabado de portada de Gustave Doré, la poesía dirigida a Murcia por Paul Perouléde, las emocionantes palabras de Víctor Hugo o las firmas de personalidades españolas como Emilio Castelar, Cánovas del castillo o el general Martínez Campos.
Los periodistas murcianos estaban en deuda con sus colegas franceses, por lo que editaron el periódico de número único “Murcia-París” que sería publicado el 18 de diciembre. La finalidad de esta publicación no era otra que agradecer toda la solidaridad que había recibido Murcia del país galo, tal y como expresa esta propia publicación:
“los murcianos todos hemos contraído en las presentes circunstancias un deber de gratitud, no sólo en París, sino con la humanidad entera, y que estamos en el deber de cumplirlo de la manera que los hijos de Murcia saben hacerlo”
No sería hasta el 22 de mayo de 1884 cuando comenzarían a tomarse medidas decisivas para regular el río Segura tras una fuerte avenida. Pese a que en 1885 se celebró en Murcia el Congreso contra Inundaciones en el Valle de Segura, y un año después los ingenieros Ramón García Hernández y Luis Gaztelu sacaran el “Proyecto de Obras de Defensa contra las Inundaciones en el Valle del Segura”, la mayoría de actuaciones se atrasaron un siglo.
A lo largo del siglo XX se emprendieron medidas para su regulación mediante la construcción de embalses o canales de derivación, sobre todo con el Plan de Defensa de Avenidas de la Cuenca del Segura de 1987 tras las numerosas riadas sufridas en las últimas décadas. Con este proyecto se llevaron a cabo importantes obras de encauzamiento y de presas para evitar futuras tragedias como esta.
Mucho más costó recuperar la alegría.
Así se contó una tragedia
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«Día de luto, sí, día de luto es para Murcia el día de hoy. En esta noche pasada, la avenida más terrible del río que se ha reconocido, ha destrozado con sus negras, rugientes, y pestíferas olas, inmensas riquezas, y, ¡Dios sabe!, las víctimas que habrá causado». José Martínez Tornel. Diario de Murcia. 15 de octubre de 1879.
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«Las campanas de la Catedral que tocaban a rebato, las parroquias e iglesias todas que repetían el mismo toque, es lo que por todas partes se oía en el primer momento». La Paz. 18 de octubre de 1879.
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«El toque repetido de arrebato, que no daba campanadas, anunciaba desde luego que no era incendio, y eso contribuyó a alarmar más la población que echó a la calle a averiguar la desgracia que le amenazaba». Diario de Murcia.
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«Los pobres miserables que van librando del agua, se albergan en el palacio del obispo, en el instituto, en todas partes, y sentados sobre el suelo las madres con sus hijos en brazos y los hombres tirados en el abandono de la desesperación, lloran el hogar perdido». Diario de Murcia. 16 de octubre de 1879.
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«Hasta anoche iban traídos unos 113 cadáveres de los sacados de entre los escombros de las casas y barracas, y de los bancales y árboles, lo que demuestra que las aguas sorprendió en su huida a los últimos». La Paz. 17 de octubre de 1879.
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«En el Lugarico había 92 casas; ¡tres solas han quedado libres!». Diario de Murcia. 18 de octubre de 1879.
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«Una terrible catástrofe ha ocurrido en Murcia. La inundación ha arrasado villas enteras, y en las márgenes movedizas de los ríos Mundo y Segura, una población de más de diez mil personas vaga hoy sin hogar, sin amparo, sin alimentos. El agua se ha llevado toda su fortuna y muchos pedazos de su corazón». El Imparcial. 19 de octubre de 1879.
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«El Ayuntamiento ha acordado vestir luto por espacio de un año en todos los actos oficiales a que asista». La Paz. 19 de octubre de 1879.
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«Al llegar al término de Nonduermas S. M. [Alfonso XII] determinó visitar este lugar y entró en él hasta su cofín». La Paz. 21 de octubre de 1879.
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«S. M. El Rey ha abandonado hoy esta ciudad, le han despedido en la estación todas las autoridades y un inmenso pueblo». Diario de Murcia. 22 de octubre de 1879.
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«El pueblo de Valladolises que está ya cinco años sin cosecha, ha hecho un donativo en ropas de todas clases». Diario de Murcia. 23 de octubre de 1879.
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«El domingo próximo se dará en Alicante una corrida de toretes a beneficio de Murcia y Orihuela». Diario de Murcia. 25 de octubre de 1879.
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«Estamos en la estación de lluvias. El frío se nos echa encima, y es preciso, a toda costa, dar morada a nuestra población rural, expuesta hoy a los rigores de la intemperie». Semanario Murciano. 26 de octubre de 1879.
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«Con motivo de haber estado inundada toda la plaza de Cadenas y puerta del Pozo, y aun el interior de la torre de la Catedral, se ha creído conveniente reforzar los cimientos de la torre». La Paz. 28 de octubre de 1879.
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«90 casas totalmente caídas y 42 inhabilitadas, con una extensión de 1.800 tahúllas de tierra en las cuales había gran cantidad de pimientos, tomates y habas; además se han ahogado 6 vacas, 5 bestias menores, 40 ovejas y 48 cerdos; y se han quedado sin ropa unas 50 familias». Los Garres. La Paz. 29 de octubre de 1879.
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«La reina Isabel ha entregado cinco mil francos, con destino a las víctimas de las inundaciones de Murcia». La Paz. 31 de octubre de 1879.
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«Ayer¡ gracias a Dios! Se distribuyó ropa en toda la huerta por las comisiones de señoras e individuos de la Junta de Socorros». Diario de Murcia. 1 de noviembre de 1879.
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«Los animales enterrados o quemados hasta ayer, por la comisión que ha tenido a su cargo este importante trabajo, ascienden a la cifra de 390». Diario de Murcia. 4 de noviembre de 1879.
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«En París se prepara un gran festival a beneficio de los perjudicados por las inundaciones de estas provincias, para el cual han invitado a todas las de Francia queriendo darle un carácter nacional con el fin de hacerle más productivo». La Paz. 6 de noviembre de 1879.
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«La prensa francesa, la hermana mayor de la prensa española, hijas ambas del espíritu profundamente civilizador del siglo, ha acudido con tal entusiasmo al remedio de las desgracias de Levante». Diario de Murcia. 8 de noviembre de 1879.
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«El Ayuntamiento tiene acordado adquirir 500 ejemplares del periódico especial ilustrado que se va a publicar en París». «En todas las iglesias de París se verificarán honras generales por las almas de las víctimas de la inundación». La Paz. 13 de noviembre de 1879.
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«Hoy, 15 del corriente, a las 8 de la noche, se celebrará en casa del Sr. Marqués de Pinares, la subasta de 36 casas que se van a construir en esta huerta por los representantes de la prensa de Valencia». Diario de Murcia. 15 de noviembre de 1879.
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«La Reina Doña Isabel ha hecho saber oficialmente al comité de la prensa, que estará de regreso oportunamente en París, para asistir a las fiestas en beneficio de las víctimas de Alicante, Murcia y Almería». La Paz. 21 de noviembre de 1879.
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«Tengamos caridad, que hace mucho frío». El Noticiero. 4 de diciembre de 1879.
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«¡Loor al pueblo francés!
¡Loor a la prensa de París!».
La Paz. 18 de diciembre de 1879.
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«El producto del concierto dado en Nueva-York en favor de los inundados de Murcia, ha producido 639 pesos 25 octavos». La Paz. 27 de diciembre de 1879.
CITAS SELECCIONADAS POR TOMÁS GARCÍA MARTÍNEZ Y MARÍA LUJÁN ORTEGA